Este lunes pedirán la elevación a juicio contra Ilarraz

El fiscal Ramírez Montrull hará este lunes el pedido de elevación a juicio de la causa por los abusos en el Seminario de Paraná y en la que está procesado el cura Ilarraz. De no interponer otro recurso la defensa, la jueza accedería.

El fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull hará este lunes el pedido de elevación a juicio de la causa por los abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo y en la que está procesado el cura Justo José Ilarraz. El pedido lo hará ante la jueza de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo, que tramita la causa «Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada», y marcará el principio del fin de la etapa de instrucción que se inició en septiembre de 2012.

De no interponer el defensor Juan Ángel Fornerón un nuevo recurso o peticionar nuevas pruebas, la jueza Firpo elevará el caso Ilarraz a la etapa de juicio oral y el cura Ilarraz estará así más cerca de estar sentado en el banquillo de los acusados por los graves casos de abusos ocurridos en el Seminario mientras fue prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993.

Cuando declaró en la Justicia, el 24 de junio de 2015, Ilarraz negó todos los cargos y, más aún, desmintió al actual cardenal Estanislao Karlic, que en 1995 le inició una investigación diocesano y al año siguiente lo condenó al destierro al probar los abusos que denunciaron entonces tres víctimas. Cuando tuvo que declarar en Tribunales, Karlic dijo que Ilarraz le reconoció los hechos y le pidió perdón durante un encuentro que ambos mantuvieron en Roma, adonde el cura se mudó entre 1993 y 1996, informó Entre Ríos Ahora.

Esto contó entonces Ilarraz: «Ingresé al Seminario en el año 1970 para hacer el preSeminario; del 72 al 76 hice mi secundaria como seminarista menor, después, del 76/77 hasta el 82, hice mis estudios de Filosofía y de Teología, me ordené sacerdote en 1983; y en 1985 fui nombrado prefecto de disciplina del Seminario Menor de Paraná.»

En esa función lo nombró Karlic.

El testimonio de Ilarraz fue recogido por la jueza Firpo en la extensísima resolución de julio de 2015 en la que dictó el procesamiento del cura. «En el año 1985 fui nombrado superior del Seminario o prefecto de disciplina y ahí tuve que realizar la tarea de formación de los chicos de primero y segundo año. Además, se me nombró para trabajar con las misiones ejerciendo en esos años la tarea de organización en el equipo misionero. Entre otras actividades que tuve en el Seminario, fue la de asesor en las obras de vocaciones sacerdotales, que consistían en recorrer todas las parroquias de la diócesis para organizar aquellos candidatos que se preparaban para entrar al Seminario y darle solución a las distintas dificultades que podían presentar su familia y su parroquia», contó.

Dijo Ilarraz que en el Seminario «he vivido nueve años muy felices como prefecto de los chicos».

No lo vivieron así las siete víctimas, que entre 1985 y 1993 cursaban la secundaria como pupilos en el Seminario. En la Justicia lo denunciaron por los abusos sexuales a los que los sometió.

«Quiero contar -contó Ilarraz a la jueza Firpo- cómo era mi relación con cada uno de los chicos. Era una relación normal de prefecto o superior o de profesor interesado en el crecimiento espiritual y humano de cada una de estas personas. La tarea era acompañar las distintas actividades organizándolos a ellos en los trabajos y cuidando la disciplina. Nunca tuve problemas de falta de respeto por parte de ellos y siempre pregoné para que ellos me vean como sacerdote».

El pedido de elevación a juicio que ya redactó el fiscal y que este lunes presentará a la jueza «va a tener como eje el pedido de sobreseimiento que hice oportunamente más la valoración más minuciosa de la prueba. Voy a desmenuzar y valorar como acreditados los abusos, la concurrencia a los pabellones de noche, los privilegios, las idas a su habitación, la excusa para abusar del uso de amistad y confianza, la afectación psicológica de la víctimas (por informes psicológicos y declaraciones de víctimas y testigos), la falta de enemistad u odio hacia Ilarraz. Y que ya en el año 1993 se puso en conocimiento de los hechos» a las autoridades de la Iglesia, según explicó.

Ilarraz fue procesado el 10 de julio de 2015 por la jueza Firpo, y esa medida fue luego confirmada por el Tribunal de Juicios y Apelaciones. El cura, que fue prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, entre 1985 y 1993, está acusado de haber abusado de adolescentes que cursaban la escuela secundaria como pupilos.

En 1995, el entonces arzobispo Estanislao Karlic ordenó investigarlo, y probó los hechos. Como consecuencia de ello, Ilarraz fue condenado al destierro y se le prohibió volver a la diócesis de Paraná.

Al dictar el procesamiento, la jueza Firpo consideró clave el testimonio de las víctimas y los informes periciales. «No obstante -dice en su dictamen de 2015- es necesario precisar que hechos como los aquí denunciados, básicamente configurativos de delitos contra la integridad sexual, más aún si se trata de víctimas -por aquél entonces- menores de edad, tienen la característica de perpetrarse en un ámbito de extrema privacidad, íntimo y protegido de la vista, conocimiento e intromisiones de terceros y ello determina que los dichos de las víctimas y los informes técnico-periciales médicos y psicológicos practicados a las mismas cobren superlativa importancia para la elucidación de los hechos».

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