Los importes de los combustibles se mantendrán estables hasta fines de octubre; así lo acordó el ministro Aranguren con las petroleras. Buscan garantizar la paz social.
El Gobierno acordó con las empresas congelar los precios de las naftas y el gasoil por 90 días y, al mismo tiempo, avanzar en un proceso para acercar los valores locales del crudo -mantenidos artificialmente altos por decisión oficial y convenios entre privados- a los internacionales.
Así lo pactaron ayer por la tarde representantes de YPF, de Shell y de Pan American Energy en una reunión con el ministro de Energía, Juan José Aranguren. Es probable que la iniciativa repercuta en una baja en el nivel de actividad, por lo que incluye también un entendimiento para intentar mantener la paz social.
Además de congelar durante los próximos tres meses el valor del gasoil y las naftas en el surtidor, habrá una reducción paulatina sobre el precio sostén del barril de crudo, que es la materia prima que los productores les venden a los refinadores, fijado hoy en valores más altos que los internacionales mediante un acuerdo entre las propias as empresas.
Ese sendero prevé una baja de 2% este mes, de 4% en el próximo y de 6% en octubre sobre el valor que hoy tiene el barril, establecido en $ 54,9 para el tipo Escalante -el pesado, que se extrae del Golfo San Jorge- y en $ 67 para el Medanito -el de Neuquén-.
Es inevitable que, si no mejoran los precios globales, la decisión repercuta en las operaciones de las compañías. Es la razón por la que Aranguren y las petroleras avanzaron también en un plan para que todos los actores de la industria, incluidas las provincias y los sindicatos, redefinan las pautas por seguir el año próximo. Se proponen, de esta manera, evitar conflictos con los trabajadores. «Sentar las bases para el nivel de actividad y productividad para garantizar la paz social», lo definieron ayer en el sector.
La situación inquieta a la Casa Rosada desde principios de año. Tanto, que el Gobierno dispuso el 11 de marzo pasado la creación de un subsidio a la exportación del petróleo excedente tipo Escalante, que se extrae de la Cuenca de San Jorge, en las provincias de Chubut y Santa Cruz: es una clase de crudo que no se puede procesar en todo en el país.
Fue a través de la resolución 21, que fijó hasta el 31 de diciembre de este año un subsidio de 10 dólares por barril (7,5 a cargo del Estado nacional y 2,5 de la provincia de Chubut), aunque lo supeditó a que «el precio de venta de referencia del marcador internacional denominado Brent no supere los 47,50 dólares».
Esa resolución establece además que «se considerará que el precio alcanzado por el petróleo crudo Brent ha superado los 47,50 dólares una vez que su cotización se mantenga superior a dicho valor por el período transcurrido entre dos días de cotización anteriores y dos posteriores a la fecha del embarque del que se trate». Fuente El Once