Este sábado 4 de julio, el Club Social cumple sus 111 años de vida. En esta fecha, pero de 1904 la Sociedad Fomento Educacional fundaba esta institución de verdadero orgullo arquitectónico, histórico y cultural de nuestra ciudad.
Actualmente la Comisión Directiva que es presidida por el Contador Raúl F. Rauch, trabaja para que este lugar de privilegio de Gualeguay continúe convocando por su belleza, por sus obras pictóricas, por su mobiliario, por sus espacios abiertos y verdaderos balcones.
A pesar del correr de los años este espacio patrimonio de toda una comunidad, se mantiene vivo, erguido y convocante de fiestas, encuentros, exposiciones culturales y eventos de diversa índole.
EL CLUB SOCIAL Y SU RICA HISTORIA
La primera sede que tuvo el Club Social fue una propiedad perteneciente a la Sra. Irene B. de Echeto, ubicada en la intersección de las calles San Antonio y 1º de Mayo, domicilio actual de la familia Crespo. El edificio propio fue inaugurado el 31 de diciembre de 1908 el que, a lo largo del tiempo, fue ampliado y modificado.
Con referencia a algunos aspectos arquitectónicos del hermoso edificio, transcribimos párrafos de las apreciaciones de la Arq. Sara Osinaga Grané que se encuentran en la revista editada por la Institución con motivo del 90º Aniversario: “Vemos formalmente, ciertas improntas italianizantes; en la ornamentación empezamos a ver influencias francesas. No tenemos datos de quién fue el arquitecto, proyectista, pero sí del encargado de la construcción, que fue Vaccaro. Por trabajos en “La casa de las rejas”, actualmente propiedad de Arturo Berisso, cuyas rejas fueron diseñadas por Cesáreo Bernaldo de Quirós, nada menos, ya que la primera dueña fue hermana del pintor, he podido observar, por detalles, de construcción, que estuvo posiblemente la misma mano…”
Con relación al frentista, la Arq. Osinaga Grané expresa: “Un oficio que ha desaparecido y que tenía una importancia fundamental en la definición del estilo. El constructor terminaba la pared en bruto, con el ladrillo a la vista. El frentista venía entonces y hacía los revoques, las molduras, que son fajas sobrepuestas y se compraban en fábrica. Aquí podemos ver los frisos que hay en la fachada Este y la fachada Sur, son paños que están superpuestos. Es decir que el frentista, en base al diseño del arquitecto y a lo que se fuera comprando, armaba el frente con toda su decoración, su ornamentación… La figura central en el friso Este, como en el Sur, es una mujer que lleva el torso desnudo, un cinturón con una pollera en ondas. De abajo salen todas las flores como si fueran hojas de acanto, y los que serían los bracitos, son dos alas…. A esta mujer le faltaba toda la cabeza y tenía rajaduras a lo ancho… Logramos recuperar todo el friso. Pero si hablamos de ellos no puedo dejar de mencionar a Miguel Badaracco, quien trabajó artísticamente con materiales nuevos y duros como si fueran arcillas, y modeló con sus manos, dejándola perfecta… Sin su intervención no podríamos haber hecho un buen trabajo de restauración.”
(El Debate Pregón)