Los Pumas se entrenaron en Londres pensando en las semis con los Wallabies. Creevy se recupera de su lesión y Marcelo Bosch podrá ser tenido en cuenta tras cumplir la suspensión. Juegan el domingo a las 13, en Twickenham
Fue el primer entrenamiento de una de las semanas más lindas para Los Pumas en los últimos tiempos. Porque pese a la presión que va en aumento, la posibilidad de jugar una final del mundo está a sólo 80 minutos. Entonces el buen clima se palpó de entrada en PennyHill Park, un hotel fantástico en el que se concentra habitualmente Inglaterra, eliminada demasiado rápido de su propio Mundial.
La entrada en calor fue en un clima excelente. Con una escenografía de árboles con hojas multicolores -verde, ocre, dorado- en ese rincón ubicado a una hora de auto del centro de Londres, a sólo 10 minutos de Twickenham y mucho más cerca aún del castillo de Windsor, todos los jugadores del seleccionado argentino mostraron su buen humor y, sobre todo, la confianza que hoy reina en el grupo.
Hay heridos, claro. La batalla contra Irlanda del Millennium dejó sus huellas en hombres fundamentales como Agustín Creevy y Juan Martín Fernández Lobbe por ejemplo, quienes de todos modos no se perderán el decisivo test del domingo ante Austrralia. El caso que más preoocupa es el del capitán, quien padece una molestia en el isquiotibial de la pierna izquierda aunque todavía no se dieron a conocer los detalles de los últimos estudios para ver realmente de qué se trata.
Algunas versiones indica un pequeño desgarro. Mientras, el ala se acostó en una camilla apenas llegó a la cancha de entrenamiento. Tras la llegada a Pennyhill de ayer, se vio claramente cómo rengueaba de su pierna izquierda en la que lucía un fuerte vendaje. Varios hinchas argentinos siguieron la práctica matutina y entre ellos estuvo Diego Cuesta Silva, aquel fantástico tres cuartos que jugó en los Mundiales de 1987, 1991 y 1995. «Estuve en la cancha el domingo y lo que hicieron estos chicos me emocionó», confesó. «Cuando Tuculet hizo el tercer try me puse a llorar como un loco. Estaba al lado de Porta, con Arbizu abajo y no lo podíamos creer. Este equipo juega muy bien en serio y se nota que lo disfrutan y que se divierten en la cancha. Antes el estilo nuestro era otra cosa».
Del equipo que jugará ante los Wallabies, ni noticias todavía. Para eso habrá que esperar al menos hasta mañana cuando se cumpla el único entrenamiento de alta intensidad de la semana. Lo mejor está por venir.