Es parte del plan del Presidente para reducir el gasto público y alcanzar las metas fiscales, como le pidió el FMI. La pelea con los sindicatos.
El Presidente adelantó el miércoles último en conferencia de prensa que “hay que acelerar” y “profundizar” el achique del déficit fiscal, y que no venía para hacer «lo políticamente correctamente». En esa dirección avanza y ya tiene pensado un importante cambio en el PAMI, la obra social de los jubilados, pero provocará resistencias. Buscará que los gremios retengan a los afiliados que se jubilan. De prosperar su iniciativa ¿desaparecerá el PAMI? ¿Qué pasará con los trabajadores que se jubilan por moratoria y estuvieron en el mercado laboral en negro?
La idea es que todos los sindicatos se queden con los aportes de los afiliados que se jubilan y que hoy transfieren al Gobierno para que vayan al PAMI, según publica el diario Clarín.
El objetivo será que las obras sociales gremiales se hagan cargo de la salud esos jubilados. El proyecto ya tendría el aval del secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, quien habría instruido a los gremios alineados a que ayuden al Gobierno en medio de la crisis cambiaria que sufre. Mientras que los grandes gremios no rechazarían la iniciativa, sí lo harían los sindicatos más chicos, que carecerían de los fondos para responder a la nueva demanda.
El médico Sebastián Neuspiller, coordinador Operativo de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), le entregó en 2017 al Presidente un plan para mejorar la atención de los afiliados al PAMI, que hace foco en las dificultades que trae a los jubilados dejar atrás la obra social de sus sindicatos al ingresar al PAMI.