Crecen las protestas contra violencia policial y racismo en Estados Unidos

Las manifestaciones pacíficas contra la violencia policial y el racismo se tornaron violentas y volvieron a generar caos en Estados Unidos. Una multitud se congregó ante la residencia de Donald Trump y se enfrentó a las fuerzas de seguridad.

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Cuando aún se estaban limpiando los escombros de los disturbios del día anterior, con algunos hechos de violencia y delincuencia aislados durante manifestaciones pacíficas en gran medida provocadas por los homicidios de afroamericanos a manos de la Policía, el domingo EE.UU. volvió a estar envuelto en una serie de protestas.

Desde Boston hasta San Francisco, indignados por la muerte del afroamericano George Floyd el lunes a manos de un agente blanco volvieron a salir a las calles.

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Algunas ciudades cerraron las calles e impusieron toques de queda tras días de agitación. La gente saqueó tiendas a plena luz del día en Filadelfia y Santa Mónica, y un camión cisterna embistió a una multitud que bloqueó una carretera en Mineápolis. Los manifestantes se subieron al camión, y la Policía acudió para despejar la carretera.

Las protestas rápidamente se extendieron por todo el país, registrándose en decenas de ciudades. Policías y manifestantes pacíficos por igual exhortaron a poner fin a la violencia, asegurando que únicamente perjudica a la causa y obstaculiza las exigencias para que se haga justicia y se apliquen reformas.
La escala de las protestas, de costa a costa y en una sola noche, rivaliza con las manifestaciones históricas que se registraron en las épocas de la lucha por los derechos civiles y la guerra de Vietnam.

Alrededor de 5.000 elementos de la Guardia Nacional se desplegaron en 15 estados y en la capital, y al menos 40 ciudades, además de Washington D.C., impusieron toques de queda en respuesta a los brotes de violencia, mientras en Arizona, Texas y Virginia se decretó el estado de emergencia para autorizar una respuesta más eficaz y potente.
La policía lanzó gases lacrimógenos este domingo ante la Casa Blanca para dispersar una manifestación contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos, según vieron periodistas de la AFP.
Una multitud de manifestantes se había congregado ante la residencia del presidente Donald Trump ignorando el toque de queda impuesto en la capital estadounidense.

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En la calle 14, a se produjeron los primeros enfrentamientos con la policía, después de la quema de un coche patrulla, y los agentes lanzaron pelotas de goma y arremetieron contra los presentes, incluidos varios periodistas, entre ellos un camarógrafo de EFE/EPA.
fuerzas de seguridad

Cuando aún se estaban limpiando los escombros de los disturbios del día anterior, con algunos hechos de violencia y delincuencia aislados durante manifestaciones pacíficas en gran medida provocadas por los homicidios de afroamericanos a manos de la Policía, el domingo EE.UU. volvió a estar envuelto en una serie de protestas.

Desde Boston hasta San Francisco, indignados por la muerte del afroamericano George Floyd el lunes a manos de un agente blanco volvieron a salir a las calles.
Algunas ciudades cerraron las calles e impusieron toques de queda tras días de agitación. La gente saqueó tiendas a plena luz del día en Filadelfia y Santa Mónica, y un camión cisterna embistió a una multitud que bloqueó una carretera en Mineápolis. Los manifestantes se subieron al camión, y la Policía acudió para despejar la carretera.

Las protestas rápidamente se extendieron por todo el país, registrándose en decenas de ciudades. Policías y manifestantes pacíficos por igual exhortaron a poner fin a la violencia, asegurando que únicamente perjudica a la causa y obstaculiza las exigencias para que se haga justicia y se apliquen reformas.
La escala de las protestas, de costa a costa y en una sola noche, rivaliza con las manifestaciones históricas que se registraron en las épocas de la lucha por los derechos civiles y la guerra de Vietnam.

Alrededor de 5.000 elementos de la Guardia Nacional se desplegaron en 15 estados y en la capital, y al menos 40 ciudades, además de Washington D.C., impusieron toques de queda en respuesta a los brotes de violencia, mientras en Arizona, Texas y Virginia se decretó el estado de emergencia para autorizar una respuesta más eficaz y potente.
La policía lanzó gases lacrimógenos este domingo ante la Casa Blanca para dispersar una manifestación contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos, según vieron periodistas de la AFP.Una multitud de manifestantes se había congregado ante la residencia del presidente Donald Trump ignorando el toque de queda impuesto en la capital estadounidense.

En la calle 14, a se produjeron los primeros enfrentamientos con la policía, después de la quema de un coche patrulla, y los agentes lanzaron pelotas de goma y arremetieron contra los presentes, incluidos varios periodistas, entre ellos un camarógrafo de EFE/EPA.Varios cientos de manifestantes se congregaron también en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, donde en los últimos días han arrancado las protestas por la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd el lunes pasado en Mineápolis (Minesota), cuando era detenido por la policía acusado de usar un billete falso de 20 dólares.

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La policía, con equipo antidisturbios, se mantiene situada tras las vallas localizadas frente a la verja del jardín de la Casa Blanca, sin que se hayan registrado incidentes.
En días pasados, los manifestantes protagonizaron escaramuzas con la policía en ese lugar, pero en la noche del sábado las protestas se extendieron a otras áreas y acabaron con enfrentamientos con la policía, escaparates rotos, comercios saqueados e incendios.
El origen de las protestas es la muerte del afroamericano George Floyd, de 40 años, en un incidente que fue grabado en video por los transeúntes y que ha generado la indignación en todo el país.

En el video se ve a un agente blanco, que luego ha sido acusado de asesinato y homicidio imprudente, sometiendo a Floyd en el suelo, subido sobre él y presionándole con su rodilla en el cuello durante varios minutos sin hacer caso de sus ruegos de que no podía respirar.

«Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor», se escucha a Floyd decir mientras agoniza, una escena que ha generado disturbios en las grandes ciudades de Estados Unidos.

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