El salario mínimo vital y móvil tuvo un sólo aumento en la primera mitad del año. Fue en marzo, de un 10,6%. Es decir que el SMVM llegó a $12.500 por mes, equivalente a $500 por día y $62,50 la hora. De ese modo, acumuló una suba nominal de 31,6% en los pasados 12 meses. Pero acusó una pérdida de poco más de 24 puntos porcentuales en un año, respecto del 55,8% que en ese período registró la tasa de inflación que informó el Indec.
De ahí que, como ocurriera en 2018, el Ministerio de Trabajo e Industria se preparara para convocar el Consejo del Salario, el Empleo, y la Productividad, integrada por dirigentes sindicales y de entidades gremiales empresarias para discutir la actualización del SMVyM, pero para la semana posterior a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.
Como es habitual los integrantes de la CGT se prevé que buscarán recuperar el atraso acumulado e incorporar las expectativas de inflación que según el relevamiento de mercado que recibe de consultoras el Banco Central se proyecta en más de 30% para los próximos 12 meses.
Pero del otro lado están los empresarios se prevé que pondrán sobre la mesa el esfuerzo por contener la nómina, que pese a la recesión de más de 4% en el semestre respecto de un año antes, habida cuenta que se contrajo un 2% en la industria y 1,5% en la construcción, y eso fue posible por la baja real de los salarios.
De ahí que si bien en la cartera que conduce Dante Sica destacan «nunca damos cifras», se especula en el mercado que el aumento estaría en torno a la inflación esperada a un año, un 30%. En ese caso se asume que se podría acordar un ajuste con efecto desde agosto, en torno a 10 puntos porcentuales, un porcentaje similar en diciembre y una última actualización en marzo del año próximo.
Se estima que si bien el impacto directo sobre los trabajadores registrados comprende a un universo del orden de medio millón de asalariados, el SMVM es también un valor de referencia para más de 3 millones de empleados en relación de dependencia en la informalidad.