Marta tiene 96 años y pudo ver durante 15 minutos, a Clara que nació el 7 de agosto. El encuentro, vidrio mediante, fue posible gracias a que humanizaron protocolos para que la familia pueda ingresar a la localidad donde está la nona.
Una mujer de 96 años que se encuentra en un Residencial para Adultos Mayores (RAM) de María Teresa pudo, el fin de semana, conocer a su bisnieta Clara que nació el 7 de agosto de éste año merced a la implementación de un sistema que impide vedar las visitas en plena pandemia. No se pueden extender más allá de los 15 minutos y en este caso Marta pudo ver a su bisnieta a través de un vidrio. La visita se dio el sábado por la tarde en María Teresa en un marco de profunda emoción.
Marta, que en octubre cumplirá 97 años, es abuela de Valeria Piazza quien el 7 de agosto dio a luz a Clara. Valeria sabía que por el hecho de ser de Santa Isabel (lugar de circulación comunitaria de coronavirus) se le iba a complicar para que la dejaran entrar al RAM de María Teresa.
María Teresa se encuentra ubicado a 35 kilómetros de Santa Isabel sobre la ruta provincial 14. Es una localidad de alrededor de 5.000 habitantes y al igual que Santa Isabel, pertenecen al departamento General López. En ese trayecto a la RAM, previo paso por Venado Tuerto, Valeria fue interceptada por un control en el que le dijeron que no la iban a dejar entrar al residencial de María Teresa.
Sin embargo, Valeria Piazza contó a Pueblo Regional que «la nena nació el 7 de agosto. Yo quería ir a ver a mi abuela, pero como soy de Santa Isabel y acá hay casos, sabía que no era posible. Decidí tirarme el lance para ver si me dejaba y en el control nos detuvieron y nos preguntaron qué veníamos a hacer, y dije que quería ir a ver a mi familia. Me dijeron que no se podía. Les dije por favor que me dejen entrar 10 minutos que quería mostrarle a Clara (la beba) a mi abuela por la ventana. Me permitieron sólo 15 minutos», contó emocionada la mamá.
No obstante resaltó que «otras veces me pasó que por más que entremos ella no nos escucha, pero igual la intención era que viera a la nena. En realidad, no sé si la vió o no porque a ella le cuesta ver. Pero por lo menos nos vió que estábamos bien. Fue re lindo el momento, que la abuela la pudiera conocer. Ella en octubre cumple 97 años, y no sé cuánto más la vamos a poder disfrutar. Me parecía importante que viera a la bisnieta».
Valeria se mostró agradecida con las autoridades de la RAM por permitirle, al menos a través de un vidrio, presentarle a Clarita a su abuela. No obstante resaltó que «cada vez que voy y la tengo que ver por el vidrio me entristece un poco porque siempre a la abuela le di un beso y un abrazo. Pero bueno, por lo menos me interesa que sepa que estamos bien, y nosotros saber que ella está bien. Fueron 5 minutos muy importantes para las dos. Nunca me los voy a olvidar».
Restricciones
Se sabe que en el sur santafesino, y básicamente en el departamento General López, la situación de la pandemia es mucho más grave que en otros lugares de la provincia de Santa Fe. A partir de la llegada del pico de contagios y el recrudecimiento de la pandemia, está vigente la prohibición de ingreso de familiares a hogares de ancianos y residencias. Esto fue decretado por el Gobernador Provincial para prevenir de posibles contagios en esa franja etárea por ser de alto riesgo.
No obstante la abuela que reside en la Residencia de Adultos Mayores (RAM) de María Teresa conoció a su bisnieta gracias a una serie de normativas locales que flexibilizan la prohibición de asistir a residencias de adultos, sin violar la cuarentena y con estrictos protocolos que idearon las autoridades locales.
Para ello Gonzalo Goyechea decidió que «la entrada será por turno y sin ingreso a la Residencia. Van a tener que permanecer en el patio de la RAM, con distanciamiento y barbijos tanto la visita como los residentes. Esta medida, una forma creativa de gambetearle a la prohibición sin violarla ni generar riesgos sanitarios».
«Emociona ver a Marta conociendo a su bisnieta a través del vidrio. En el mientras tanto, se trata de minimizar el poco contacto familiar con diferentes actividades: pintada de uñas, peinados, tintura, ejercicios en la barra, cocina, charlas, tomadas de sol, a Don Vega acompañándolo a darle de comer a sus animales, cocinando, escuchando música», comentó Goyechea.