Con testimonios de veteranos entrerrianos Crónicas patrias: un libro sobre el heroísmo de nuestros hombres en Malvinas

 

 

“No eran unos chicos llenos de miedo, sino unos hombres que ante la adversidad y las dificultades se pusieron de pie y enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos y criminales del mundo”. La frase pertenece a Pablo Felizia, autor de Crónicas patrias, un libro que en siete cuentos recrea los testimonios de veteranos de la guerra de Malvinas.

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Es licenciado en Comunicación Social y una intervención en una charla despertó en él la necesidad de contar la historia de los héroes de Malvinas con una perspectiva diferente a la que nos han repetido hasta el cansancio.
“En la presentación de un libro de Malvinas que se dio en Paraná en 2012, un veterano de guerra se paró y dijo que estaba cansado de ver esa imagen de un soldado argentino que está con miedo, tirado en la trinchera y con frío, que si bien esto pudo ser una realidad, ellos pelearon con valor”, recuerda Pablo Felizia, mientras señala: “Ahí me puse a pensar cuál es la historia que me han contado hasta acá y me encontré con todo un proceso de desmalvinización que volvía a los veteranos de guerra como unos chicos llenos de miedo, que no podían siquiera atarse los cordones de los zapatos, dijo Alejandro Lerner en una canción. Quería conocer los hechos de heroísmo de los veteranos en Malvinas”.

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En ese trabajo de investigación, el escritor encontró “en la voz de los propios veteranos esos hechos de heroísmo y di cuenta en la tesis que presenté en la Facultad y en el libro que escribí que no eran unos chicos llenos de miedo, sino unos hombres que ante la adversidad y las dificultades se pusieron de pie y enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos y criminales del mundo, como es el ejército de Inglaterra, y que nuestro país ejerció soberanía durante más de 70 días en las Islas Malvinas. Eso era un hecho histórico, cómo un país del tercer mundo iba a enfrentar a la corono inglesa y nosotros lo hicimos, con todas las contradicciones que eso pueda tener por el momento histórico en el que se vivía”.

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Crónicas patrias. Cuentos de entrerrianos combatientes de Malvinas fue publicado en 2017 y contiene siete cuentos basados en hechos reales, recolectados en entrevistas a ocho veteranos de guerra. “Como dos de ellos estuvieron juntos en el frente del combate, conforman un solo cuento, por eso son siete”, explica el autor.
Además de conocer las historias de los veteranos, Felizia quiso indagar sobre el proceso de desmalvinización que se vivió en nuestro país. “Generó, entre otros aspectos, el suicidio de más de 600 veteranos de guerra, casi los mismos que murieron en la batalla. Parece que somos nosotros los que agredimos a Inglaterra por ir a recuperar nuestras Islas, cuando nosotros las 24 horas del día, los 365 días del año, somos amenazados por el poderío militar de Inglaterra desde Malvinas. Han transformado a Malvinas en una verdadera base militar con más agregados militares que kelpers y con un presupuesto en armamento superior a los presupuestos argentinos en educación o salud, sólo para Malvinas”.
“Ellos entienden a Malvinas como un lugar estratégico para el mundo, como una base aérea natural y es la llave que les abre las puertas al dominio interoceánico entre el Atlántico y el Pacífico y el dominio de la Antártida, siempre en disputa. Si nosotros con un hilo medimos desde La Quiaca hasta Ushuaia nos vamos a dar cuenta que desde Ushuaia hasta el fin del polo hay casi la misma distancia, es decir que nuestra Argentina mide el doble de lo que nosotros creemos. Nuestro país no es de Ushuaia a La Quiaca, sino de La Quiaca al fin del polo y eso es lo que nosotros queremos defender”, expresa.
El escritor subraya luego que “además en el camino hubo aspectos legales de la desmalvinización que seguimos pagando, como son los Acuerdos de Madrid, que generaron un paraguas de soberanía, entonces nosotros en ninguna instancia diplomática podemos poner en discusión la soberanía en Malvinas. Eso fue el primer Acuerdo de Madrid que inició Alfonsín y lo firmó Menem en el 1991, o el Acuerdo de Madrid II, que establece un poder de policía del ejército de Inglaterra contra el nuestro, pero además ellos con distintos pactos y tratados que hubo después están metidos en todos los andariveles de la economía argentina, tienen bancos, son acreedores de nuestra deuda externa y las principales petroleras que operan en la Argentina sacan el petróleo de nuestro territorio y se lo colocan a los aviones que tienen en Malvinas”.
“Ni hablar de la tenencia de la tierra —continúa—, como el aeropuerto que tiene Lewis, que es un sir inglés, en el sur de nuestro país, un aeropuerto tan grande como el Jorge Newbery en Buenos Aires, con la posibilidad de descarga de aviones de gran porte, con sólo cuatro horas desde Malvinas hasta nuestro territorio”.
En seguida, el autor da cuenta que “el proceso de desmalvinización ha sido profundo y hasta el día de hoy algunos patriotas le seguimos dando batalla, yo con humildad lo hice con este libro y los veteranos de guerra no sólo con haber ido a Malvinas, sino con todo el proceso de pelea que dieron posterior a la guerra para dar cuenta de la importancia de Malvinas, de la necesidad de malvinizar Argentina y que Malvinas es una de las causas justas del pueblo argentino. No somos nosotros los que agredimos, son ellos los que constantemente desarrollan su poderío militar en Malvinas y cada bala y cada agujero de cañón que Inglaterra lleva a Malvinas la apunta al pecho de todos los argentinos”.

 

El origen de un sueño
Su primer libro le abrió las puertas a un proyecto que latía cada vez con más fuerza. Con la venta de Crónicas patrias, Pablo decidió cumplir con su deseo de abrir su propia editorial. “La plata de los más de mil ejemplares que llevamos vendidos se destinó íntegramente a realizar libros de todo tipo y género, con distintas perspectivas ideológicas, políticas o estéticas literarias. Ha sido un caballo de batalla que nos permitió seguir haciendo libros, fue el primero y hoy, cuatro años después, llevamos casi 90 títulos publicados de escritores de toda la provincia”.
“Siempre nos preguntamos dónde estarían esos 90 títulos si nosotros no hubiéramos desarrollado la herramienta de la Editorial, muchos se hubieran hecho, pero creemos que muchos otros no. Le encontramos la vuelta abriendo nuestro propio taller de imprenta, con una serie de libros sin costo para los escritores, que siempre son entre seis y ocho al año, a los que pagamos pequeñas regalías. Con otros escritores llegamos a un 50 por ciento y de todo lo que vendemos vamos a la mitad y con los demás tratamos de hacer presupuestos que, si bien no son baratos, son accesibles”, indica el también director de Ana Editorial.
“Pensamos —revela— cuánto tiene que costar hacer un libro y tiene que ser menos del valor de una moto, porque los trabajadores van en moto a trabajar y una moto algunos la pueden pagar, entonces el laburante que escribe puede decidir hacer un libro, que al público tiene que costar no más, en promedio, que dos kilos de yerba, porque eso le permite al lector decidir poder comprarlo”.
-¿Cómo fue ese inicio?
-Al principio no teníamos ni idea de lo que íbamos a hacer, yo quería tener una editorial, me comuniqué con mi primo Nicolás Tavella y le dije, él aceptó y decidimos que íbamos a hacer libros en formato papel y en digital. Eso fue en 2016 y en ese momento en nuestro país el uno por ciento de los libros que se vendían eran digitales, pero lo hicimos igual. Desarrollamos una página web para la compra y descarga de libros digitales y a su vez imprimimos los libros en otras imprentas.
“En el camino nos fuimos dando cuenta que si nosotros teníamos nuestra propia imprenta podíamos abaratar los costos, durante seis meses fuimos a aprender a manejar una máquina offset de un hombre que tenía 95 años, se la compramos y empezamos a hacerlos nosotros. Con el tiempo sacamos créditos, nos endeudamos para toda nuestra vida, compramos las máquinas que necesitábamos y empezamos a hacer libros de calidad y con costos que puedan competir con las grandes imprentas de nuestro país”, describe.
-¿Es redituable tener una editorial en Entre Ríos?
-Sí, incluso en el 2018 renuncié a mi trabajo en Diario Uno para dedicarme a esto y además de Nicolás Tavella y César Heinitz, trabajan con nosotros Lucía Puntin que hace nuestras tapas, Luz Huríe que se encarga de nuestras redes sociales y hace 15 días hemos incorporado a nuestro primer empleado en el taller de imprenta, porque no nos dan los brazos.
“Tuvimos malos momentos a lo largo de la pandemia —reconoce—, donde varias veces dudamos sobre si esto iba a poder seguir o no y sin embargo lo logramos pasar y tomamos decisiones que nos ayudaron a seguir vendiendo libros. Nosotros el año pasado con la pandemia vendimos más libros que todo el año 2018, pero un poquito menos que en 2019, a pesar de eso pudimos seguir adelante”.
-¿Los lectores siguen eligiendo el papel?
-Cuando arrancamos de 100 libros que vendíamos dos eran electrónicos, hoy son entre 10 y 15, sin embargo el papel es papel y nos hemos dado cuenta que pueden convivir tranquilamente, no se excluyen. La idea siempre fue que el lector debía llegar al libro y nosotros nos dimos cuenta que era al revés, cómo hacemos para que los libros lleguen a los lectores y nos encontramos con que en cada ciudad de Entre Ríos, en cada pueblo por más pequeño, hay un montón de lectores que tienen ganas de leer a sus escritores. Hemos publicado libros que han sido reimpresos dos o tres veces en ciudades como Santa Elena, por ejemplo.
“Ahora estamos con la posibilidad de hacer ventas de libros electrónicos en otros países. En nuestra historia vendimos tres, en Uruguay, en España y en México y la semana pasada vendimos el cuarto en México, lo pudo hacer con una tarjeta de crédito de allá y tenemos la expectativa de que eso pueda seguir su camino”, destaca Felizia, al tiempo que celebra que “hace unos días se presentó el segundo libro desde el inicio de la pandemia y estamos contentos porque eso nos vuelve a poner de cara a la gente y a la espera de que las condiciones sanitarias y económicas nos permitan seguir adelante”.
-¿Dónde se consiguen los libros de Ana Editorial?
-Vendemos en dos librerías de Paraná, en una de Diamante, todos se pueden encontrar en Papelucho de Gualeguay, por pedidos en una de Victoria, en dos de Rosario y por Instagram en Santa Fe. Después vendemos con envíos a toda la provincia y todo el país cuando compran a través de nuestra página web.

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Desaparición y muerte en bicicletas rojas
Es el título de otro de los libros, también muy recomendable, de Pablo Felizia. “Lo pude hacer gracias a una beca del Fondo Nacional de las Artes y lo que quería era lograr una colección de cuentos que estén basados en hechos policiales ocurridos en la provincia. El que le da nombre al libro es la desaparición de Pocho Morales en San Jaime de la Frontera, Pocho desaparece a las ocho y media de la noche en la calle más céntrica y el mismo día, pero un año antes, desaparece en la misma cuadra Sebastián Ortiz”, cuenta el autor.
Y precisa: “Los dos vendían en la calle, eran pelados, tenían 66 años y al momento de desaparecer iban en bicicletas rojas. La causa de Pocho son como siete carpetas enormes y la de Ortiz apenas 45 páginas, pero en esas 45 páginas están las coincidencias”.
“Una vez que leí la causa judicial completa, me fui a San Jaime de la Frontera a ver qué pasaba y realicé entrevistas, me moví por todos los lugares que pude y con eso escribí para el Diario Uno en el año 2014, durante dos meses, todos los domingos un capítulo”, relata, al tiempo que resalta que “en la ficción cuento muchas verdades que de otra manera no se pueden decir y lo adquirió la Municipalidad de San Jaime, está en sus bibliotecas y muchísimas familias se lo llevaron como una forma de reivindicación de su propio pueblo”.
“Me encontré con gente que llegada la fecha no quiere salir de la casa porque tiene miedo y un duelo que no está resuelto, porque se les desaparecieron hijos de su propia tierra, sin rastro, y en su calle más céntrica, a la vista de todos. Es tremendo, por eso con la ficción pude a algunas de las hipótesis reales llevarlas al libro y provocarlas, el libro provoca a quienes posiblemente hayan cometido el daño”, confiesa.

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