Hoy y mañana se realizará en la Cámara del Crimen de Gualeguay el juicio oral y público por el crimen de Julio Edgardo Blanco, ocurrido entre la noche del 11 al 12 de abril de 2013. Fruto de aquel hecho es enjuiciado Daniel Colazo, imputado por el crimen.
El tribunal presidido por el Dr. Javier Cadenas e integrado por los letrados María Angélica Pivas y Darío Crespo comenzó a juzgar desde las 8,30 de hoy, la conducta de Daniel Colazo, acusado de asesinar a Julio Edgardo Blanco de 7 tiros en plena vía pública una noche del año 2013.
En diálogo con El Día de Gualeguay, la Secretaría de la Cámara, Dra. Florencia Bascoy explicó los alcances de las audiencias, que tienen previsto un día adicional para su realización en caso de ser necesario. “Están fijadas dos audiencias para el 2 y el 3 pero en caso de ser necesario está reservado el 5 de junio. Los que manejan la prueba, los testigos y en qué orden declaran son las partes y ha ocurrido de audiencias cortas que pudieron haberse aprovechado mejor. En total son 21 testigos los que estarían declarando”, explicó.
El asesinato ocurrió el 11 de abril de 2013 con el nuevo Código ya vigente. El Fiscal actuante es el Dr. Agustín Gianini en tanto los abogados defensores son los Dres. Jorge Guerscovich y Rubén Gallardo. La querella estará representada por los abogados Jorge Denegri y Germán Benedetti.
Qué pasó esa terrible noche:
El 14 de abril de 2013, El Día de Gualeguay dio cuenta del homicidio de Blanco y las circunstancias en las que se habría producido. A continuación un extracto de la crónica.
“El fallecido fue Julio Edgardo Blanco, de 51 años, y el supuesto autor del hecho Daniel Colazo, de 58. Ambos protagonizaron una discusión que terminó a los tiros, con el primero muerto y el segundo detenido en la jefatura departamental de policía.
De acuerdo a la información exclusiva a la que pudo acceder El Día de Gualeguay, Colazo llegó a un domicilio de Ayacucho y Alarcón Muñíz poco antes de las diez de la noche. Se bajó de la camioneta Honda CVR, y su mujer siguió camino. Un rato después y al salir de la vivienda, se topó con Blanco que, sospecha la policía, lo estaba esperando.
La historia de la pelea entre ambos sería de vieja data, tanto que Colazo lo había denunciado a Blanco por amenazas en el mes de diciembre. La justicia dictó en ese momento una medida de restricción contra Blanco, prohibiéndole acercarse a su amenazado. Y justo el jueves, una fuente extraoficial reveló a este medio, que Blanco iba a ser notificado de una citación a declaración indagatoria. Pero los acontecimientos se precipitaron.
Según pudo reconstruir la policía, Colazo ya habría estado armado cuando salió de la casa de Alarcón Muñíz y Ayacucho. Al encontrarse con Blanco este le habría espetado a los gritos: “…ché puto viejo…”, lanzando otra seria de insultos y mientras blandía un ladrillo para tirarle. Desencajado, Colazo, habría sacado el arma que llevaba en la cintura y vociferando “…me tenés podrido…me tenés podrido…”, comenzó a disparar.
En ese momento y al escuchar los disparos, el Cabo Primero Escalante se acercó en moto hasta el lugar. Apenas vio lo que pasaba, se bajó, le dio la voz de alto a Colazo. “¡Soy policía…deje el arma…!”, ordenó el funcionario. Colazo no se resistió, mientras Escalante pedía una ambulancia urgente porque Blanco agonizada en la calle.
En lugar los peritos de criminalística habrían encontrado 7 vainas servidas y 3 proyectiles. La Glock 26- 9mm que usó Colazo tenía 10 proyectiles en el cargador (los usó a todos) y es una arma pequeña, de no más de 10 centímetros. “Entra en la cartera de una mujer”, graficó un especialista consultado. El autor de los disparos literalmente le vació el cargador a Blanco. Para la policía recibió 7 impactos de bala y uno de ellos, el más grave, en la nuca. “Es como que lo hubiera rematado”, agregó una fuente policial.
Minutos después del hecho apareció la mujer de Colazo que ratificó a los que estaban la virtual ‘persecución’ que su marido venía sufriendo desde hacía meses”.
