Unos 20 especialistas en criminalística de la Policía Federal comenzaron un «microrrastrillaje» en un perímetro de 200 metros alrededor de donde se encontró el cadáver el sábado pasado, en el estuario de la bahía Blanca, a la altura del pueblo Villarino Viejo
Dos días después de la fecha prevista, especialistas de criminalística de la Policía Federal Argentina finalmente pudieron ingresar al cangrejal donde fue encontrado el último sábado un cadáver que podría ser de Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años desaparecido desde el 30 de abril. El clima, en una zona hostil dentro del estuario de la bahía Blanca, a la altura del pueblo Villarino Viejo, no lo había permitido hasta este mediodía. Según confirmaron fuentes del caso, los agentes hallaron nuevos restos óseos y ropa que podría vincularse a la investigación.
Estos restos podrían ser una clavícula, posiblemente compatible con el cadáver esquelético descubierto días atrás. Y prendas de ropa azul, como de “jogging” en estado “muy deteriorado” y “muy mojadas”.
Los agentes de la PFA trabajan bajo un protocolo de recomendaciones elaborado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), convocado por el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez. Cuatro expertos del EAAF habían viajado el domingo desde Buenos Aires hasta Bahía Blanca en un avión de la PFA, un día después del hallazgo, para “levantar” el cadáver de la escena del hallazgo. A partir de esa experiencia y de los conocimientos que les han dado prestigio internacional, diseñaron un plan para esta búsqueda.
En el territorio, ubicado a 35 kilómetros en línea recta de Teniente Origone, donde se vio por última vez a Astudillo Castro, la PFA delimitó un perímetro de 200 metros cuadrados alrededor desde el llamado “punto cero”, que es donde unos pescadores encontraron el cuerpo semi enterrado y en estado esquelético, es decir, con una descomposición avanzada. “Con una técnica de barrido antropológico se buscarán diversos elementos que podrían resultar de interés para la causa”, explicaron fuentes del caso . Estos nuevos restos fueron encontrados a una distancia de entre 30 y 50 metros de ese sitio.
El análisis de la zona durará “todo lo que tenga que durar”, explicaron las fuentes consultadas. Esto quiere decir que se irán de allí cuando no les quede lugar donde buscar, al menos a partir de las pautas indicadas por el EAAF, que además participará de la autopsia y el reconocimiento genético a partir del martes 25 en Buenos Aires. “Podría seguir, dependemos de la marea, que nos condiciona”, comentó a este medio otra fuente ligada al caso. El operativo comenzó al mediodía de este viernes, con una temperatura de 21 grados y viento escaso, condiciones propicias y excepcionales para esta zona en esta época del año.
El lugar es un humedal, con mucho barro y cangrejales, que en la zona se conoce como “ría”. Hace miles de años fue un delta de un río que desapareció o cambió su curso (quizás el Colorado, que divide la región pampeana de la Patagonia). En cambio ahora es un lugar donde el agua del mar entra y sale de acuerdo a sus movimientos naturales y a los vientos. En tiempos de grandes sudestadas el agua llega incluso hasta la Ruta Nacional 3, ubicada a 15 kilómetros de la zona del hallazgo.
Tal como admitieron fuentes de la querella, que representa en la causa a la mamá de Facundo, Cristina Castro, al cadáver encontrado el sábado a la tarde le faltaban piezas dentarias y ambos brazos. No deja de ser inquietante, en un caso donde se investiga una desaparición forzada por parte de la Policía Bonaerense, que justamente no se hayan encontrado los brazos, que son los miembros que las personas suelen usar para defenderse de agresiones. No obstante, los peritos forenses consultados por este medio admitieron que tampoco se descarta que esa ausencia de miembros pueda ser producto de la fauna del lugar; desde cangrejos hasta jabalíes e incluso pumas.
Además están previstos para los próximos días rastrillajes “más amplios” con perros, bomberos y agentes de fuerzas federales. En ese caso, la idea es buscar la ropa de Facundo (el cadáver apareció sin prendas de vestir), la mochila y la zapatilla del pie izquierdo, ya que el sábado también se encontró la del pie derecho, idéntica a la que aparece en la foto que la policía Jana Curuhinca le tomó a Astudillo Castro la mañana del 30 cuando le labraron un acta de infracción al decreto de aislamiento en el pueblo Mayor Buratovich, a unos 50 kilómetros del lugar donde apareció el cadáver.
El cuerpo encontrado el sábado está desde el domingo en la Morgue Judicial de Buenos Aires. El martes 25 los peritos forenses del EAAF y de la Corte Suprema, más Virginia Creimer, forense de la querella, revisarán los restos encontrados para determinar su identidad y, de ser posible, las causas de la muerte. Se hará desde las 9 en el laboratorio de la sede del EAAF en la ex ESMA. En el caso de que el cuerpo no presente piel o cabellos y sólo pueda identificarse a través de la información genética de los huesos, el tiempo que llevará, según explicó Creimer , será de entre 30 y 60 días.
Dada la descomposición avanzada del cuerpo, los expertos son cautelosos para estimar si será posible averiguar cómo murió la persona que fue encontrada en el estuario. En una charla con este medio, Cristina Castro admitió que su intuición le dice que efectivamente el cuerpo hallado es el de su hijo. Para ella, el cadáver fue plantado en ese lugar como un mensaje y para hacer coincidir la zona con el testimonio de H, una mujer que aseguró haber llevado a Facundo hasta el cruce de la Ruta 3 y las vías del ferrocarril.