El presidente de Brasil minimizó la gestión de la cuarentena de Alberto Fernández. Estalló de furia por un artículo del diario británico The Guardian que destaca el gobierno del presidente argentino durante la pandemia.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estalló de furia frente a una publicación del diario británico The Guardian en la que se destacaba el trabajo de Alberto Fernández en la lucha contra la pandemia de coronavirus. En respuesta, dijo que la Argentina «va camino al socialismo» y que su país tiene más muertes por la densidad poblacional.
Este jueves, durante la conferencia de prensa en el Palacio de la Alvorada, el mandatario se metió en la disputa de los modelos y elogió al adoptado por Suecia. «Brasil está quebrando, y después de quebrar la economía no se recupera», remarcó, en una clara diferenciación con el representante argentino.
Desde que el brote llegó a este país, Bolsonaro recibió duras críticas tanto por sus declaraciones como por su gestión. Primero, calificó al virus como «una gripecita», no cumplió con las medidas de aislamiento preventivo pese a haber estado en contacto estrecho con funcionarios de su Gabinete que se infectaron y se rehusó a decretar una cuarentena a nivel nacional.
Ahora, el representante brasileño aseguró que «Brasil se está volviendo un país de pobres»y que por eso la gente no puede dejar de trabajar. Fustigó a los gobernadores e intendentes que decretaron medidas de distanciamiento social y afirmó que podrían terminar en una «miseria» similar a la de algunas partes de África.
En diálogo con la prensa, Bolsonaro fue consultado sobre la diferencia de muertes por coronavirus entre Argentina y Brasil, considerando que los casos comenzaron a registrarse prácticamente en paralelo. Y que su país suma 13.100 muertos y casi 190.000 infectados mientras que el gobernado por Fernández tiene 344 víctimas y unos 6800 contagios.
«Es solo hacer la cuenta por millón de habitantes, pero hablemos de Suecia, que no cerró la economía. Ustedes hablan del lado ideológico, ustedes hablan de un país que camina hacia el socialismo, que es la Argentina», sentenció el brasileño.
Es cierto que su país tiene 210 millones de habitantes, más de cuatro veces y medio más que los 44 millones de Argentina, pero el líder del partido Alianza por Brasil recibió duras críticas y hasta el rechazo de los habitantes del país al poner a la economía por sobre la salud.
A fin de abril, el canciller de Brasil Ernesto Araújo había hablado también de una conspiración comunista detrás del coronavirus en referencia al uso que, según él, hace el comunismo de la pandemia y tildó de cómplice a la OMS.
«Por si no bastara ya con el coronavirus, ahora nos tenemos que enfrentar también al comunavirus», escribió el jefe de la diplomacia brasileña en su cuenta oficial en Twitter.
«Es mentira que habrá recuperación económica. (Brasil) No se recuperará. Seremos un país de miserables, hay que enfrenar el virus con coraje, morirán muchos, lamento, lamento, lamento, pero morirán más destrozados por hambre y la falta de empleo», exclamó.
El gobierno de Bolsonaro calculó el miércoles que el Producto Bruto Interno (PBI) caerá 4,7% en 2020, mientras que la fuga de inversores de la plaza brasileña provocó una devaluación superior al 46% en lo que va del año, con el dólar cotizado este jueves a más de 5,91 reales.
En medio de los rumores crecientes sobre que el presidente podría tener coronavirus, un juez determinó que el resultado de los test eran de «interés público» para los habitantes de Brasil. Por eso, se dieron a conocer las pruebas, realizadas el 12, 17 y 21 de marzo, y dieron todas negativo.
Una resolución, otra polémica
Este jueves Bolsonaro firmó una medida provisional, que fue publicada en el Diario Oficial, que exenta a los funcionarios públicos de responsabilidaden las esferas «civil y administrativa» en caso de equívocos en el combate al coronavirus.
Los mismos solo podrán ser responsabilizados en los ámbitos civil y administrativo si actúan con «dolo» o si cometieren algún «error grosero»por la práctica de actos relacionados tanto con las medidas de enfrentamiento de la emergencia sanitaria como en relación al combate al impacto económico y social derivados de la pandemia.
«El mero nexo de causalidad entre la conducta y el resultado dañoso no implica responsabilidad del agente público», subraya la medida.