Hace un mes Rubio, el perro comunitario de la ciudad balnearia que vivía en una estación de servicio, murió luego de sufrir un atroz maltrato. Los vecinos llamaron a movilizarse en distintas ciudades del país y hasta el Congreso Nacional. Actores, actrices y periodistas se sumaron al reclamo para que la barbarie no quede impune.
Rubio era el perro que todos querían. Vivía desde hacía cinco años en la estación de servicio de la calle 58 y la Ruta Provincial 11, en Mar del Tuyú. Los empleados lo habían adoptado. Rubio se acercaba moviendo la cola a cada cliente y siempre recibía una caricia. Así fue hasta el 13 de agosto, cuando un hombre llegó con su camioneta hasta uno de los surtidores. Y lo mató.
Furioso dijo que el animal le había tirado un tarascón mientras cargaba combustible. Desencajado levantó al perro de pelaje marrón claro, lo subió a su camioneta diciendo que lo llevaría al Centro de Zoonosis y luego advirtió: «¡Lo voy a matar!», según aseguraron los testigos.
El hombre ató a Rubio con una soga al guardabarros de su camioneta 4 x 4 y lo arrastró más de dos kilómetros haciendo zigzag sobre el asfalto. Le destrozó el tórax, las piernas y más de la mitad del cuerpo. Y lo dejó tirado.
Adrián Guillermo Rodríguez, vecino de Mar del Tuyú, está denunciado por ese brutal acto. «Este hombre es muy conocido en la zona porque tiene un negocio de caza, pesca y náutica y organiza actividades en verano», dijo Roberto Achuelo, el abogado que abrió la causa por maltrato animal.
Apenas trascendió que Rodríguez había sido señalado como el agresor, los vecinos lo denunciaron por crueldad contra un animal ante la Fiscalía de Mar del Tuyú. Posteriormente, la denuncia fue trasladada al Juzgado N°3 de Dolores.
Pocos días después, Rodríguez sufrió un escrache en la puerta de su comercio aunque él no se encontraba allí. Más tarde, el Concejo Deliberante del Partido de La Costa lo declaró «persona no grata» mientras el denunciado comenzaba a ser investigado por la justicia.
La consternación por la muerte del perro -bautizado Rubio por su pelaje- y el repudio al acusado movilizó a los vecinos. Así se organizó en pocas horas la primera marcha nacional en reclamo de justicia por el «crimen del animal», repitiendo las lágrimas que los mismos convocados dejaron al recordar la causa de Chocolate, el cachorro que fue despellejado vivo y que murió a causa de las heridas.