El equipo económico del gobierno nacional analiza re-implementar el Ingreso Familiar de Emergencias (IFE)para los hogares más afectados que aún no pudieron retomar sus actividades plenamente y obtener un ingreso y a los que caerán en caso de que se profundice la cuarentena ante una suba de casos. Sería acotado, a un 20% de los casi 9 millones de familias que lo recibieron. También se piensa retomar el Programa de Asistencia al Trabajo (ATP) para los sectores más afectados, como hotelería y turismo. En este caso se discute el alcance del programa pero también las condiciones en que se entregarán, dado que se descubrieron incumplimientos de empresas que recibieron el aporte y lo fugaron en dólares.
La pandemia parece dispuesta a tensar el delgado hilo sobre el que se equilibran las variables a alinear este año. Desde el Gobierno reconocen que, de no cumplirse con los plazos de vacunación previstos y ante la inminencia de un rebrote de casos de coronavirus, habrá que salir a contener la situación social y a las pequeñas y medianas empresas. «De todos modos, no va a ser nunca el nivel de actividad de marzo y abril del año pasado», coinciden las fuentes oficiales consultadas por este medio. Ya las empresas y los comercios tienen protocolos que, por lo extraordinaria de la situación, hubo que improvisar desde cero. De todos modos, hay muchas actividades y trabajadores y trabajadoras del sector informal que ante cualquier baja en la circulación volverán a ver paralizada su situación económica.
Por el otro lado, se negocia con el Fondo Monetario un programa para reestructurar la mochila de 44.000 millones de dólares que le prestó el organismo al país y que desapareció en forma de fuga de capitales. El límite para ampliar el gasto en un año en que se pretenderá mostrar una reducción sustentable del déficit condicionará el alcance de la ayuda estatal. No hacerlo será peor. Si no se estimula el consumo y se sostiene a las pymes la caída por recaudación será el equivalente, del lado de los ingresos, a mantener un rojo presupuestario por aumento del gasto. La diferencia es que en el primer caso las familias y las empresas pueden sobrevivir.