Durante los meses de verano debemos prestar atención a la alimentación ya que la constante exposición a altas temperaturas genera una mayor transpiración del cuerpo y como consecuencia, la pérdida de vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Algunas recomendaciones importantes son las siguientes:
Hidratación: el agua es el principal componente presente en nuestro organismo y es vital para mantenerse saludable. Para estar bien hidratados hay que tomar agua, no gaseosas, jugos. Llevá siempre una botellita de agua y evitá el consumo de bebidas alcohólicas, o hacelo con moderación.
Alimentación: intentá consumir la mayor cantidad de alimentos frescos como frutas y verduras, mejor aún si son de estación, que contienen no sólo agua sino también vitaminas, minerales y fibra.
Las frutas se pueden incorporar enteras, en jugos o helados caseros. Las verduras se pueden incorporar crudas, cocidas o mixtas. Lo ideal es variar el tipo de verdura y su cocción.
Evitá el consumo de alimentos altos en grasas, azúcares y sal.
Enfatizá tu alimentación basada en alimentos reales, sin procesar o mínimamente procesados, que combinados con ingredientes culinarios y un uso racional de buenos procesados darán como resultado una alimentación saludable.
Por otra parte no existen alimentos esenciales, sino nutrientes, que están presentes en mayor o menor medida en los alimentos naturales como pescados, frutos secos, frutas, verduras, huevos, carnes frescas, semillas, legumbres, etc. El hombre es independiente de un alimento en particular pero dependiente de la variedad. Un amplio abanico de alimentos sin dudas proveerá un mayor aporte de nutrientes.
Recordá también que disfrutar de los alimentos afecta el valor nutricional de los mismos: cuanto mayor es el placer, más nutrientes se absorben. El placer inicia liberaciones químicas específicas que mejoran el estado de ánimo, estimulan la digestión y promueven la salud inmunológica. Somos lo que comemos, pero también somos cómo comemos.
Conservación: es importante lavar bien los alimentos, sobre todo las verduras. Agregá dos gotas de lavandina por cada litro de agua y dejá en remojo las verduras y frutas por 10 minutos.
Evitá romper la cadena de frío de lácteos, carnes, frutas cortadas y alimentos cocidos. Cociná bien los alimentos antes de consumirlos, sobre todo si son para niños, principalmente carnes, huevos o preparaciones que los contengan.
Actividad física: aunque las temperaturas sean altas, es ideal mantener una actividad física constante e hidratarse antes, durante y después de realizarla.
Lorena Brugna
Nutricionista – MP 140-