El preocupante caso que se inició el sábado por la tarde, con el robo de un aparato eléctrico vital para el desarrollo diario de dos niños de 4 y 5 años, del cual dependen sus vidas, tuvo un final feliz. Los supuestos autores lo dejaron abandonado en un remis.
Victoria Galante, madre de los menores, había relatado a ElDía que todo sucedió entre las 16 y las 20, en un momento en que ellos habían dejado su domicilio en calle 545 y Teresa Margalot. Delincuentes forzaron las rejas de una ventana y se llevaron 1800 pesos y un aparato Cough Assist E70 marca Phillips Respironics que se encontraba dentro de un bolso, que es utilizado cuatro veces por día por sus dos hijos que sufren una enfermedad genética.
“Entendemos que se lo llevaron pensando que era una play o una tablet”, indicó ayer por la mañana, cuando eran intensamente buscado por la policía. Explicó que sus hijos padecen “artrofia muscular espinal del tipo 2, una enfermedad genética que afecta al neuro muscular, toda la motricidad y la parte respiratoria, cardíaca”.
“En castellano, se llamaría máquina de la tos, propulsa la tos que naturalmente no puede realizar Eugenio, ayuda a limpiar mejor los pulmones y más rápido de lo que él podría, porque sino se podría infectar toda su parte respiratoria”, manifestó la mujer.
Casi en forma simultánea a lo que la madre de los menores informaba a través de los diferentes medios de comunicación de la ciudad, la Policía realizó un allanamiento en jurisdicción de Comisaría Cuarta, en calles Lapalma y Sagrado Corazón, desde donde se trasladó de tres jóvenes, dos de 23 y uno de 21 años, que fueron identificados. Si bien no se logró dar con la costosa máquina, la Policía informó que estaba orientada para esclarecer el hecho.
Finalmente, alrededor de las 15, un empleado de la empresa de remises Flash entregó a las autoridades policiales el aparato buscado, que dos jóvenes dejaron abandonado en su automóvil tras realizar un viaje.
Según se pudo saber, el conductor de 42 años levantó pasaje el sábado por la noche en la zona del Corsódromo y trasladó a dos jóvenes hasta inmediaciones del supermercado Carrefour, donde abonaron el viaje. Tras dejarlos, hizo unos metros y miró si había algo en el asiento y se encontró con un bolso. Lo guardó por la posibilidad de que fueran a reclamarlo, ignorando que se trataba del aparato robado. Dijo no tener Facebook y que fue recién hoy a través del diario que tomó conocimiento de lo que había ocurrido. Fuente eldiaonline.com