La camioneta, los celulares y los perros que marcaron que se habría subido a otro vehículo. Es lo último que hay concreto de Omar Benvenutto desaparecido de Gualeguay el 27 de octubre de 2.017. Acaban de cumplirse dos años sin rastros del conocido empresario dueño de Inprocil.
La duplicación de la recompensa original, que pasó de 500.000 a 1.000.000 de pesos para quien aporte datos sobre el paradero del empresario por parte del Ministerio de Seguridad de la Nación, fue la última novedad contundente sobre un caso que todavía sigue en penumbras. Benvenutto, cuya camioneta fue hallada en la Ruta 12, a pocos kilómetros del acceso a la ciudad de Gualeguay, casi un día y medio después de su ausencia, se sospecha fue secuestrado por lo que la causa por la investigación pasó a manos de la justicia federal de Paraná.
Algunos llamados telefónicos pidiendo un rescate que nunca quedaron claros fueron los argumentos para que toda la causa pasara a manos de la justicia federal, donde está estancada desde hace tiempo sin novedades importantes. El caso, que conmovió a la opinión pública de Gualeguay y la provincia y acarreó derivaciones sobre la dirigencia política, le costó la carrera a uno de los fiscales que intervino en la causa como fue el Dr. Agustín Gianini. Los allanamientos a las viviendas del ex intendente Luis Erro, su hermano Sebastián y el ex senador provincial Hugo Lesca provocaron un impacto político que llega hasta nuestros días. Todos denunciaron groseros errores en los inicios de la investigación, en los cruces de las llamadas telefónicas y en las hipótesis que manejó la fiscalía. Sostienen, aún hoy, que lo que pasó fue para desviar las investigaciones y darle tiempo a los verdaderos autores de la desaparición de Benvenutto de borrar todo rastro.
Lo único concreto es que los perros rastreadores confirmaron que el empresario se bajó de su camioneta aquella noche, luego de estacionarla al costado de la ruta, cruzó la cinta asfáltica y se subió a otro vehículo. Hasta una mujer dijo haberlo visto en una feria, horas después, en Mansilla, algo tampoco nunca pudo ser comprobado. A dos años, nadie sabe que pasó ni dónde está Omar Benvenutto.