La temperatura media global trepó a 17,01 grados el lunes 3 de julio, por encima de los 16,81 grados del último 26 de junio, la marca más alta del año. Superó también al pico histórico anterior: los 16,92 grados que se registraron en 2016.
El lunes 3 de julio fue el día más caluroso de la historia. Esta situación vuelve a encender las alertas sobre el calentamiento global, luego de que las Naciones Unidas redoblaran su llamado para anticiparse a los efectos del fenómeno «El Niño».
La temperatura media global el 3 de julio trepó a 17,01 grados, por encima de los 16,81 grados del último 26 de junio, la marca más alta del año. Pero, sobre todo, superior al pico histórico anterior: los 16,92 grados que se registraron el 14 de agosto de 2016 y que se repitieron el 24 de julio de 2022.
Además, este lunes el termómetro mostró una desviación de 0,81 grados.
La investigación, llevada adelante por la Universidad de Maine con datos provistos por los Centros Nacionales para la Predicción Ambiental de los Estados Unidos, pone la lupa sobre los efectos del calentamiento global y el cambio climático, en horas en que varias regiones del planeta se acercan a las temperaturas más altas que se conozcan desde que se realizan mediciones periódicas.
En América Latina, en general, los últimos días fueron de un intenso calor en algunas regiones. En Argentina, por ejemplo, varias localidades se acercaron a los 30ºC en pleno invierno, algo que aseguran «no es habitual». De hecho, anticipan que el mes de julio será más cálido.
En Reino Unido, en tanto, se atravesó el junio más caliente desde 1884, año en que comenzaron los relevamientos: 15,8 grados, contra los 14,9 grados de 1940 y de 1976, informó la Oficina Meteorológica británica.
Los estados de Uttar Pradesh, el más poblado de la India, y el de Bihar alcanzaron hace 10 días los 47 grados. En esa última región, además, al menos 44 personas murieron como consecuencia del calor.
En China, Shanghai registró un récord histórico de temperatura para mayo, con 36,1 grados, quebrando la marca anterior, que tenía más de un siglo (el antecedente más lejano se remontaba a 1876, aunque fue empardado en un año tan reciente como 2018).
Beijing, en tanto, llegó a los 41,1 grados el 21 de junio, el valor más alto para un día de ese mes en todo el historial (el anterior era de 40,6 grados, del 10 de junio de 1961).
También los mares registraron en mayo las temperaturas más altas de la historia para ese mes, de acuerdo al Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus. La tendencia se extendió en los primeros días de junio, según las mediciones preliminares.
Además, el hielo marino antártico alcanzó su extensión mínima para mayo, un 17% debajo de la media.
«No hay nada que celebrar», dicen los especialistas
Los expertos remarcan que no hay nada que celebrar y que se esperan temperaturas incluso más altas, en el contexto del fenómeno climático de «El Niño».
«No es un hito que debamos celebrar», aseguró Friederike Otto, climatóloga del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente en el Imperial College London de Reino Unido.
«Es una sentencia de muerte para las personas y los ecosistemas», subrayó la especialista.
Existen varias causas detrás del ascenso trepidante de la temperatura. Los gases de efecto invernadero y las emisiones de carbono son dos explicaciones para los niveles de calor.
En 2022, las emisiones de carbono aumentaron un 0,9% y, a pesar de que la implementación de energías verdes hizo que fueran menores a lo previsto, alcanzaron un nivel récord: 36.800 millones de toneladas.
A esos factores se añade «El Niño», al que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) define como un «fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial». Específicamente, se trata del aumento de las temperaturas del mar en el Pacífico oriental tropical unos 0,5 grados por encima del promedio durante cinco trimestres.
En algunas zonas del sur de América Latina, del sur de Estados Unidos, en el Cuerno de África y en Asia central, El Niño está relacionado con un aumento de precipitaciones, mientras que puede provocar sequías en Australia, Indonesia y en sectores del Sudeste Asiático y en Centroamérica.
Ante ese panorama, Zeke Hausfather, científico investigador de Berkeley Earth, advirtió que este último pico observado por los analistas de Maine anticipa un segundo récord en 2023.
Después de que las autoridades estadounidenses declararan el 8 de junio pasado como el inicio oficial de El Niño, las Naciones Unidas instaron a todos los países a anticiparse a las consecuencias que ese fenómeno podría llevar a cada rincón del planeta.
«El Niño acaba de empezar y continuará todo el año con una intensidad que debería ser por lo menos moderada», señaló la ONU este martes.
«La llegada de El Niño aumentará de forma considerable la probabilidad de batir récords de temperatura y de activar un calor más extremo en numerosas regiones del mundo y en los océanos», alertó Petteri Taalas, secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Este anuncio del episodio de El Niño «es una señal para los gobiernos del mundo para que se preparen a limitar los efectos en nuestra salud, nuestros ecosistemas y nuestras economías», añadió el responsable de esta agencia especializada de la ONU.
El episodio actual «se inscribe, sin embargo, en el contexto de un clima modificado por las actividades humanas», precisó la OMM.
De esta manera, en mayo pasado se predijo que al menos uno de los próximos cinco años, y el lustro entre 2023 y 2027 en su conjunto, serían los más calurosos jamás registrados.
La OMM también estimó en un 66% la probabilidad de que la temperatura promedio anual de la superficie de la Tierra supere en 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos uno de esos cinco años.