Debo decir que su partida para mí fue un golpe del que me costó recuperarme porque perdí a un amigo, a una persona importante y cercana con quien compartimos, a pesar de conocernos antes de instituciones, el día a día, durante muchas horas desde que arrancamos aquel proyecto político que luego lo llevo a la Intendencia.
Tratar de superar el dolor de perder a mi amigo fue más arduo porque me tocaba ocupar en la Municipalidad el lugar que él dejó vacío, pero el tiempo fue pasando y la fuerza de su impronta de a poco fue cambiando y apagando un poco esa pena para convertirla en recuerdos y anécdotas hermosas. Muy seguido, en alguna reunión, lo recordamos y brotan nuestras risas porque siempre provocó eso en todo el grupo. Su presencia nunca, en ningún lugar, pasó desapercibida. Lo tenemos siempre presente porque fue el gran iniciador de un nuevo camino que hoy seguimos recorriendo en la gestión, el ya no está, pero esto es una idea o un proyecto de veinte años por eso tanto yo como mi equipo tenemos la perspectiva de lo que lleva o significa cambiar Gualeguay y creo que con cada paso dado desde la gestión lo estamos haciendo.
Para mí y muy honestamente, en Gualeguay ha habido un antes y un después de Federico, su honestidad y sus esfuerzos por ver a Gualeguay más grande, hoy se encuentran plasmados en innumerables obras y nosotros caminamos por su senda. Cada obra que hoy me toca encarar y luego ver inaugurada es un guiño que le hago y siento que él me lo devuelve.
Fue un tipo que dio todo por su ciudad y que realmente disfrutaba de ver como se concretaban cada uno de los proyectos.
Siempre lo tengo en mi corazón, siempre lo tenemos en el corazón. Creo que está acompañándonos y lo extrañamos, claro.
Ha sido un gran duelo para la ciudad perder a este Intendente tan humilde y generoso y que tanto amó a Gualeguay, creo que me dejó la vara alta, a mí y a los que vendrán, pero creo también que una vez recuperadas las fuerzas por la tristeza de su ausencia no he dejado de trabajar para alcanzarla y demostrar que la semilla que plantó en el equipo germina en cada uno de nosotros.
Hoy, como dije antes, podemos mirarlo con la alegría de haberlo tenido entre nosotros, nos quedan sus anécdotas, su impronta, su buen humor y también sus proyectos y sus obras cumplidas. También queda Susana, su esposa y sus hijos, tan generosos, acompañando siempre.
Dos años de su ausencia física pero de tanta presencia, siempre, en cada uno de nosotros y en cada esquina de Gualeguay.
Verónica Berisso
Intendenta de Gualeguay
