Los precios de naftas y gasoil en surtidores se encuentran sin movimientos desde mayo. Este miércoles debía aplicarse una suba en los tributos, pero a través de un decreto el Poder Ejecutivo lo prorrogó hasta marzo.
Con el objetivo de evitar nuevos aumentos, el Gobierno postergó hasta marzo la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC). Ambos tributos, que tienen un impacto directo en los precios finales de las naftas y el gasoil en los surtidores, debían aplicarse a partir de este miércoles 1° de diciembre.
La decisión había sido adelantada por la Secretaría de Energía y finalmente fue confirmada a través del Decreto 820/2021, publicado hoy en el Boletín Oficial.
Los impuestos a los combustibles se actualizan en forma trimestral de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec. Pero desde finales de la administración de Mauricio Macri y en varias oportunidades durante la gestión de Alberto Fernández se fueron trasladando hacia adelante para evitar incrementos en las estaciones de servicio.
“Establécese que los incrementos en los montos de impuesto fijados en el primer párrafo del artículo 4°, en el inciso d) del primer párrafo del artículo 7° y en el primer párrafo del artículo 11, todos ellos del Título III de la Ley N° 23.966, texto ordenado en 1998 y sus modificaciones, que resulten de las actualizaciones correspondientes al primer, segundo y tercer trimestres calendario del año 2021, en los términos del artículo 7° del Anexo del Decreto N° 501 del 31 de mayo de 2018, surtirán efectos para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de marzo de 2022, inclusive”, se oficializó en la disposición firmada por el Presidente, el jefe de Gabinete Juan Manzur y el ministro de Economía Martín Guzmán.
En los considerando el Gobierno señaló que actualmente se encuentran postergados “los incrementos en los montos de impuestos precitados derivados de las actualizaciones correspondientes al primer y segundo trimestres calendario del año 2021, para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”.
En ese sentido se justificó que la medida instrumentada tiene como fin “asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”. En efecto, “tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”, advirtió el Poder Ejecutivo.
El impuesto a los combustibles líquidos podría tener un impacto del 8% para las empresas, lo que representa un incremento del 2% en el precio final que pagan los consumidores en las estaciones de servicio, según las estimaciones del mercado.
Los valores de naftas y gasoil en los surtidores se encuentran congelados desde el mes de mayo.