En una de sus primeras pruebas en el Xeneize, en 2010, Taborda se sintió mal y recibió un mimo paternal de Román: “Vos vas a ser bueno porque tenés unas patas muy grande”. Más de una década después, tuvo su debut prometedor en Primera.
Los pibes de Boca hicieron historia contra Banfield. Debutantes en su mayoría, arrinconaron al Taladro y se presentaron ante el público futbolero como el futuro del Xeneize. Todos con el mismo sueño cumplido y cada uno con su historia particular, entre ellos Vicente Taborda, uno de los más destacados, quien llegó al club hace más de una década con una “bendición” de Juan Román Riquelme.
A Taborda lo “descubrieron” en el Club Bancario de Gualeguay en 2010, cuando tenía 9 años. Hasta allí habían ido Norberto Madurga y Roberto Madoery, quienes trabajaban en el área de captación con Horacio García, para hacer pruebas con pibes categoría ‘98. Sin embargo, habían recibido el dato de un chiquito 2001 que andaba muy bien, así que improvisaron un picado en una canchita de atrás para verlo jugar.
Apenas lo vieron se dieron cuenta que había algo especial. “Tenía goles, gambeta, técnica”, recuerda Madoery. Y recuerda una pisada entre tres pibes más grandes que fue lo que terminó de convencerlo. Aunque no era la edad que habían ido a buscar, decidieron anotarlo.
Fue uno de sus primeros días que tuvo su primer cruce con Juan Román Riquelme. Como le dolía la panza lo dejaron en un costado. Y fue entonces cuando apareció el Diez y en un gesto paternal buscó darle ánimo: “Vos vas a ser bueno porque tenés unas patas muy grandes”. Más de una década después, Román, ahora en su función como dirigente, lo aplaudió desde el palco del Florencio Sola.
El camino de Taborda en Boca también tuvo sinsabores. Jugó de enganche, de delantero y de extremo. Más de una vez pensó en irse del club, relegado en la consideración del director técnico de turno. Pero se quedó y tuvo su gran oportunidad el sábado contra Banfield. No la desaprovechó.
Fuente: TyC Sports