La gente ya debe en promedio unos $ 6.793 por cada tarjeta de crédito. Un número llamativo porque muchas personas son titulares de más de un plástico. Y porque hace un año el monto era de $ 4.484: así, creció 51% en 12 meses
El «tarjeteo» se volvió tentador. Y lo vienen usando a niveles récord. Pero eso tiene una contracara: vivir arrastrando una deuda más grande y pesada.
Los registros del Banco Central muestran que, de tanto «patear» gastos, la gente ya debe en promedio unos $ 6.793 por cada tarjeta de crédito. Un número llamativo porque muchas personas son titulares de más de un plástico. Y porque hace un año el monto era de $ 4.484: así, creció 51% en 12 meses, el doble que la inflación, estimada por las consultoras en un 26,6%.
Lo que deben devolver las familias por sus gastos con plásticos, en pesos y en dólares, creció tanto que ya es más de un sueldo. Esos $ 6.793 por tarjeta titular, registrados en agosto, superan los $ 6.500 que según del Indec son el ingreso medio de los ocupados. Entre 2012 y 2014, en cambio, la deuda promedio en esta época del año no era más que el 90% de un salario.
La población, estiman en el mercado, usó las tarjetas al menos un 10% más de veces que hace un año, y por montos 45% superiores. Aunque algunos emisores tuvieron marcas más altas. «En nuestro caso, los consumos crecieron 60%, y un 15% la cantidad de transacciones», destacan en Tarjeta Shopping.
Por el resurgimiento de los viajes al exterior, la deuda en dólares de las familias se amplió un 49,6% interanual. Llegó en agosto a 386 millones de dólares y se acercó a las marcas de 2013, cuando aún no estaban limitadas las compras en webs extranjeras y el recargo al «tarjeteo» en el exterior era sólo del 20% (luego subió al actual 35%).
Igualmente, cada $ 100 adeudados, más de 97 son por gastos en pesos. «Los rubros más importantes son ropa, electro, supermercados, turismo y pago de servicios», cuentan en el Santander Río.
Detrás del auge del «tarjeteo» confluyen varias causas. Martín Tetaz, experto en Economía del Comportamiento, señala que un efecto de «atraso cambiario» viene disparando los gastos en el exterior, como había pasado a fines de 2013. Agrega que, también, como la gente «proyecta más inflación y devaluación» tras las elecciones, «endeudarse ahora aparece como una buena idea, a la espera de que la corrección cambiaria licue las deudas, como ya ocurrió otras veces». Todo eso, cree, se vio además favorecido por una recomposición en el poder de compra de los salarios tras las paritarias.
«La expectativa de un ajuste que acelere el proceso inflacionario generó un fuerte incentivo a endeudarse en cuotas fijas en pesos», coincide Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma. Y subraya que eso fue posible porque, al mismo tiempo, la oferta de cuotas sin interés se amplió mucho, impulsada por el Gobierno, «en momentos en los que esa opción había casi desaparecido».
De hecho, el plan oficial Ahora 12, que subsidia 12 pagos sin recargo en 166 mil comercios, acaba de cumplir un año y ya canalizó más de 15,5 millones de operaciones, de las cuales la gran mayoría (11,1) fueron de ropa y calzado a un promedio de casi $ 1.300 por ticket.
«En rubros como esos antes sólo había 2 o 3 cuotas. Hoy ofrecen 12 y los clientes, que antes quizás preferían un descuento en efectivo, ahora mayormente prefieren financiar», cuenta Vicente Lourenzo, secretario de la Confederación de la Mediana Empresa. Y apunta que el boom del «tarjeteo» también viene impulsado por el auge del comercio online, donde los plásticos son requisito para hacer reservas y aprovechar descuentos.
«El pago con tarjeta crece fuerte en viajes y turismo, impulsado por la fuerte oferta de cuotas, y también en comercio electrónico», suman en Tarjeta Shopping. También, como ya se informó, el pago en cuotas ganó terreno en el súper.
Algo llamativo es que, en los últimos meses, lo que adeuda la población por «tarjetear» llegó a ser tanto como lo que debe por préstamos personales, algo inédito en la era K. Hoy la deuda por gastos con plásticos casi triplica la de créditos para vivienda.
Dicen cifras oficiales que en el país hay 20,6 millones de tarjetas de crédito, tomando las titulares. Según el Banco Mundial, las usa un 26,6% de la población adulta. En el sector afirman que la gente está más endeudada. Pero afirman que, de momento, no crecieron los atrasos en el pago del resumen.
Fuente: Clarín