Es el primer pontífice en la historia en hablar ante el pleno del Congreso de EE.UU. «Sean como Moisés, hagan leyes justas y dignas», remarcó el papa y agregó: «la mayoría de nosotros fuimos alguna vez extranjeros», remarcó
Después de una intensa primera jornada, cargada de contenido y algarabía popular, el papa Francisco se convertirá hoy en el primer papa de la historia en hablar ante el pleno del Congreso de Estados Unidos, en uno de los más esperados mensajes de esta gira que también incluyó a Cuba.
Esta mañana, al salir de la Nunciatura, Francisco estrechó manos, compartió abrazos y hasta se sacó «selfies» con la gente que lo esperaba detrás de las vallas fuera de la sede diplomática. Luego se subió al ya famoso Fiat 500 rumbo a Capitol Hill.
Alrededor de las 9.20 (10.20 en la Argentina), el Papa ingresó al Capitolio, donde fue recibido por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, el principal artífice de su presencia allí. «Su Santidad, bienvenido, realmente me alegra que haya venido», dijo el legislador republicano, uno de los 81 legisladores católicos de ambas cámaras, visiblemente emocionado.
Pasadas las 9.45 comenzó la sesión plenaria encabezada por el vicepresidente, Joe Biden, y John Boehner, primero y segundo en línea a la presidencia y ambos católicos.
A las 10, apareció el sargento de armas, quien exclamó: «Señor presidente, el papa de la Santa Sede». Detrás Francisco entró, en medio de una fuerte ovación, y se subió al estrado en el que el presidente ofrece su discurso anual sobre el Estado de la Nación.
«Queridos amigos, estoy muy agradecido por la invitación para dirigirme a esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y el hogar de los valientes», dijo el Papa al tomar la palabra, en inglés, citando un pasaje del himno nacional estadounidense.
«Me gustaría pensar que lo han hecho porque yo también soy hijo de este gran continente del cual hemos recibido tanto y al que tanto compartimos una responsabilidad común», remarcó el pontífice.
Francisco dijo a los legisladores que «están llamados a defender y preservar la dignidad de sus ciudadanos en la incansable y demandante búsqueda del bien común, porque ese es el fin primordial de toda la política».
«La actividad legislativa se debe basar en el cuidado de la gente», continuó el Papa, quien comparó trabajo de los legisladores con el de Moisés. «Sean como Moisés, hagan leyes justas y dignas», instó.
En otro fragmento, el papa Francisco advirtió hoy que «ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico». «Esto significa que debemos estar particularmente atentos a toda forma de fundamentalismo, tanto religioso como de otro tipo», agregó.
«Nosotros, las personas de este continente, no les tememos a los extranjeros, porque la mayoría de nosotros fuimos alguna vez extranjeros», remarcó el papa.
«Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar», expresó el Papa, ante un Congreso en silencio.
«Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar», subrayó.
En una de las frases más fuertes del discurso, el Papa afirmó que Estados Unidos sigue siendo «una tierra de sueños» y, al abordar el tema de la inmigración -que genera fuertes disputas en el Congreso-, dijo: «Nosotros, las personas de este continente, no les tememos a los extranjeros, porque la mayoría de nosotros fuimos alguna vez extranjeros».
Anteayer, en el avión que lo llevó de Cuba a Estados Unidos, el Papa adelantó que hoy no tocará en el Congreso puntualmente la cuestión del embargo norteamericano a Cuba -aunque recordó que lo condena-, uno de los puntos clave en la negociación por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, un proceso del que pontífice participó personalmente.
Fuente: Elonce.com