Preparan las escuelas para el retorno El presidente del CGE hizo un balance de 2020 y anunció la bimodalidad para el ciclo lectivo

 

En el año de su debut al frente del Consejo General de Educación y con la aparición de la pandemia de Covid-19, que marcó el 2020 para siempre, Martín Müller hace un recuento positivo de lo que fue el sistema educativo en este contexto.

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Mientras esperan enfrentar un 2021 con un sistema bimodal en principio y presencial desde algún momento del año, preparan las escuelas para el retorno, ajustan detalles sobre protocolos y proyectan el encuentro con los gremios en las próximas semanas.

Gestión en pandemia
Para nadie el 2020 fue lo esperado y mucho menos pudieron cumplirse los objetivos planteados con anterioridad a la aparición de la pandemia. El caso de Martín Müller como presidente del CGE no fue la excepción. “Fue un año atípico, difícil, nosotros teníamos un motivo de orgullo cuando empezamos la gestión que era poder acceder a comenzar con un Plan Educativo Provincial, las 100 propuestas, una posibilidad que no muchas gestiones al frente del CGE han tenido, porque la dinámica política a veces ha generado que asumas de un día para el otro”, sostiene al inicio.
En seguida, agrega: “Nosotros habíamos tenido tiempo de trabajo con la gestión técnica de Graciela Bar y todo ese plan se ve trastocado. Si bien los objetivos siguen estando presentes, la dinámica y la planificación quedó un poco al margen, porque había que ir en el día a día, incertidumbres permanentes, donde el 14 de marzo estábamos en el Ministerio de Educación de la Nación decidiendo que no debían suspenderse las clases y dos días después tuvimos que hacerlo y todo lo que transcurrió a partir de eso realmente fue una prueba de fuego”.
-¿Qué balance hace con la finalización del ciclo lectivo?
-Creemos que tenemos mucho para valorar de este año transcurrido, se perdió muchísimo como en todos los aspectos de la sociedad, estamos terminando un año que seguramente para todos fue durísimo, pero estamos satisfechos por haber tenido rapidez en la respuesta y también haber logrado avanzar en aspectos de la gestión interna del CGE que para nosotros eran claves.
“El sistema educativo tiene escuelas que son instituciones en sí mismas, tienen un gobierno, una dinámica propia y nosotros desde el Consejo para cambiar las prácticas, para hacer reformas y transformaciones que tienen que ver con nuestro plan, necesitábamos tener un Consejo que empezara a romper una lógica burocrática de mucho tiempo en un organismo muy grande, muy lento”, explica.
-¿Es de llamar directamente ante los problemas en las escuelas?
-Sí, pero a la vez no siempre sirve eso. Es una estructura muy grande, tenemos 1.500 edificios escolares, 3.000 instituciones, que si uno se ocupa personalmente de todo no es efectivo. El desafío es armar un equipo de gestión que sepa delegar, que sea horizontal, ese es el gran cambio que a nuestros funcionarios y a la gente que trabaja dentro del organismo los impacta y ven que estamos entrando en una etapa nueva, una forma nueva.
“Tradicionalmente —continúa— ha sido una estructura muy vertical, muy burocrática y que uno escuche y esté abierto a lo que les pasa, que es la forma de liderazgo que trato de tener, es diferente. Uno ha recibido en reuniones de balance de año muy buena recepción de esa forma, así que en este sentido estoy contento y creo que estamos entrando al siglo XXI en la gestión del Consejo”.
-¿Se sintió la mirada sobre lo joven que es para un cargo de tanta responsabilidad?
-En la historia del CGE siempre ha habido conducciones de personas mayores que llegan ahí luego de una larga trayectoria, excepto el caso de Graciela Bar que fue presidenta del Consejo por primera vez en el año 1987 y tenía mi edad. Me parece que es el choque de lógicas, pero que en este año hemos ido venciendo esas resistencias y eso es lo que nos deja conformes, satisfechos y tranquilos, sin desconocer el año que nos tocó enfrentar.

El 2020 en educación
-¿Sirvió la virtualidad?
-Durante este tiempo, el mundo entero suspendió sus clases presenciales, fue la respuesta que se encontró frente a una pandemia y a la realidad de que cualquier escuela era un lugar propicio para el contagio. Después podemos hacer una retrospectiva del cuándo, el por qué, el cómo, pero esa era la situación y a partir de eso siempre íbamos a perder, porque el aprendizaje no es solamente que un docente transmita contenidos, sino también lo que pasa en la escuela, en el aula, en nuestros estudiantes junto a otros.
“Tenemos que pensar el 2021 como una continuidad de este año, ver de qué manera comenzamos a retomar todo lo que perdimos. Lo que sacamos como balance es que en las escuelas en las que había previo a marzo un equipo de conducción fuerte y bien plantado, la dinámica de trabajo a partir de la no presencialidad fue buena y donde eso no estaba hubo más dificultades, así que sabemos que el 2021 va a ser momento de trabajar con nuestros equipos directivos, de supervisión y de gestión”, subraya.
Sobre la labor docente, Müller destaca que “hubo un muy buen trabajo. Sí hubo un desgaste en la segunda mitad del año, natural, las familias estaban cansadas, los estudiantes también, todos estábamos cansados de estar toda una jornada conectados a una pantalla, eso es indudable, pero creo que se hizo mucho. Debemos valorar el hecho de que si esto hubiera ocurrido hace 10 años, hubiera sido diferente y hubiéramos hablado de una catástrofe educativa, pero hubo una continuidad, un vínculo de los docentes con los estudiantes, ciertos aprendizajes que se trataron de mantener e incrementar y que nos dejan la posibilidad de comenzar el año que viene con cierta expectativa”.
“Uno —resalta— lo primero que ha hecho es reconocer el esfuerzo, conozco la realidad de lo que ha pasado y lo que ha tenido que trabajar cualquier docente responsable, mucho más que un año normal, eso sin dudas. La docencia es un ámbito predominantemente femenino y muchas son madres, no hay margen para que diga otra cosa que no sea reconocer el esfuerzo”.
-¿Cuál es su relación con los gremios?
-Es fluida más allá de lo formal y no es estrictamente sobre lo salarial, que es lo que está puesto en los titulares siempre. Nosotros estamos esperando con mucha expectativa comenzar enero, en la reunión que tuvieron la semana pasada con el ministro (de Economía, Hugo) Ballay acordaron que los gremios el 12 de enero tienen que presentar un pliego de condiciones laborales para el 2021 y para tratar de acordar un inicio de clases con la mayor tranquilidad posible. Uno ve en la reciente convocatoria la voluntad de retomar rápidamente el diálogo a los fines de comenzar a transitar un 2021 donde podamos hacer reconocimiento en términos salariales a esa enorme tarea que han hecho los docentes este año.

Infraestructura escolar
-¿Puede concretarse el polo educativo de Gualeguay?
-Es un proyecto que debemos consensuar entre todos los actores de la sociedad, aunque obviamente uno tiene prioridades a más corto plazo. Nosotros hoy tenemos la prioridad de la pandemia, de que las escuelas estén en condiciones para el comienzo. Se ha hecho muchísimo este año, se va a hacer mucho este verano y obviamente hay algunas urgencias y demandas a nivel local que debemos atender.
-¿Cuáles son las prioridades en materia edilicia?
-La UENI contigua a la Escuela 122 que ya se abrieron los sobres, así que en febrero debería comenzar la obra de ese jardín; la Técnica 1 tenemos un proyecto muy avanzado, tenemos que tener el apto técnico del INET, que es el organismo que nuclea las escuelas técnicas, y la idea es avanzar con una licitación a nivel provincial para luego buscar financiamiento nacional. Eso está encaminado y durante el año que viene vamos a tener novedades.
“Reparaciones de algunas escuelas que son deudas que traemos de mi gestión como director Departamental, las escuelas 67 y 68, que son de las pocas que quedaron en estos años sin una intervención profunda, así que eso es lo prioritario”, señala, al tiempo que recuerda: “Tenemos un terreno en el barrio Hipódromo muy grande, que quizás no sería la idea esta del polo educativo para el nivel superior, pero sí daría solución a toda la zona con una escuela nueva multinivel, que es sumamente necesaria”.

Ciclo lectivo 2021
-¿Cuál es la situación con los listados docentes oficiales que no se renuevan?
-Ya están listos y si las condiciones lo permiten para febrero vamos a tener los concursos con normalidad en el nivel primario, inicial y también estamos trabajando para cerrar el Título IV de la Resolución 1.000 CGE, que es parte de una comisión paritaria y que abarca al resto de los niveles. Es uno de los desafíos de buscar formas concursales que sean lo más dinámicas y transparentes posibles, estamos en ese camino y tenemos fe que vamos a poder avanzar el año que viene con eso.
-¿Cómo será el próximo año escolar?
-La decisión del gobernador Bordet y del CGE es que el 1° de marzo nuestros gurises empiecen a estar en la escuela, quizás en una modalidad híbrida, sobre todo en escuelas grandes, donde tendrán que estar unos días presencialmente y otros no. En un escenario como el de hoy, en el caso de que todavía no contemple el calendario de vacunación al personal esencial en el que se incluye a los docentes, estaríamos hablando de ese sistema bimodal.
Asimismo, revela: “Ayer hablé con Diego Garcilazo, director de Epidemiología de la Provincia, y me decía que él no puede hoy con la vacuna Sputnik V garantizar un cronograma, porque lo van armando en función de la cantidad de vacunas con las que cuentan. Tenemos mucha expectativa con la llegada de la de Oxford, porque se podría avanzar de manera masiva sobre las etapas de vacunación. Por eso pensamos en una primera etapa en que las escuelas grandes deban combinar una semana de presencialidad y una de no y en las otras una presencialidad más normal y que esto se sostenga hasta que la vacunación alcance a todos los grupos que tenga que alcanzar”.
Sin embargo, Müller no avizora un año completo de modalidad híbrida. “Creemos difícil llegar a marzo con las etapas de la vacunación, pero si tenemos esa bimodalidad en el inicio no va a ser para todo el 2021. Nosotros pudimos comprobar y demostrar desde fines de octubre que la escuela puede ser un lugar seguro, donde los protocolos pueden ser cumplidos mucho más que en cualquier otro ámbito, porque son organizados, con tiempos, con formas de ingreso, donde uno puede controlar el uso del barbijo, los ingresos y egresos a los baños, la limpieza, eso me parece que nos da una tranquilidad de base”.
“Nosotros a partir del 12 de enero empezamos una discusión con los gremios para ir consensuando estas formas de organización del trabajo docente para ver cómo hacemos esta bimodalidad. Todos estamos de acuerdo en que la presencialidad debe ser la regla y si tenemos que suspenderla va a ser por una situación muy puntual, no en todo el territorio de la provincia”, anuncia.
-¿Están preparadas las escuelas para el regreso?
-Se ha puesto mucho recurso, tanto desde la Provincia como de Nación, para que estén los insumos esenciales de limpieza y de higiene personal. Los protocolos deben ser simplificados, para que sean fáciles de cumplir, distancia social, uso permanente de barbijo, lavado de manos, ventilación de los espacios e higiene de los lugares más críticos, como los baños. Con eso uno puede decir que la escuela es un lugar seguro, puede llevar tranquilidad a los docentes, a los padres.
“Además —menciona— se está trabajando muchísimo, tanto en reparaciones menores para garantizar el agua segura y los baños en condiciones, como un trabajo que vamos a hacer durante el verano del programa Patio Limpio, junto al Ministerio de Desarrollo Social, para desinfección de los tanques, corte de pasto, blanqueo de los espacios comunes, limpieza general y profunda”.

Formación docente y alfabetización
-¿Lo sigue desvelando la calidad de la educación?
-Lo que pretendemos es irnos en el 2023 habiendo avanzado en ese aspecto, estamos convencidos de que hay que pararse en un diagnóstico realista de todo lo que nos falta, de los problemas que tiene la educación, que muchos no son propios del sistema educativo, sino que son parte de una sociedad que viene de crisis tras crisis, de mucha desigualdad. Se ha avanzado mucho en términos de inclusión, pero hoy el desafío es mejorar la calidad de la enseñanza.
“Tenemos que trabajar —enumera— sobre la formación docente, tenemos que priorizar algunos aspectos de lo curricular, sobre todo en la alfabetización, que nuestros gurises lleguen a primer año de la secundaria con la posibilidad de comprender un texto, de tener una alfabetización avanzada que les permita tener éxito en la escuela secundaria. Ese es el aspecto más crítico, donde vemos que se visibilizan los problemas del sistema y sobre todo trabajar muchísimo en la enseñanza de la matemática. Nosotros también tenemos ahí los indicadores que nos muestran que estamos mal en ese aspecto, comparativamente con otras provincias”.

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