Miguel y Matías Volker son primos y pertenecen a una nueva generación que asume desafíos tecnológicos innovadores en tiempos de pandemia. A raíz del Covid-19, diseñaron y desarrollaron dos purificadores de aire.
Miguel tiene 30 años y es Ingeniero Electromecánico, en tanto que Matías suma 34 años y es Odontólogo. Miguel contó que «junto a Matías, desarrollamos una lámpara Germicida UV y un ozonizador que nos permite mejorar las condiciones de bioseguridad de un ambiente, atacando a bacterias, virus y hongos».
El ingeniero señaló que «todo nació por la situación de pandemia que nos toca vivir. Es así que con Matías nos pusimos a trabajar en equipos que tienen que ver con la bioseguridad en distintos lugares cerrados, que pueden ser consultorios, oficinas, lugares de trabajo, reuniones y demás».
Contó que «en abril instalamos uno en el consultorio de Matías, mientras que ahora le estamos dando los últimos retoques a otro más práctico, móvil y con distintos sistemas de protección para la persona». Sobre este segundo purificador, Miguel detalló que «trabaja a control remoto y con un temporizador, además se lo programa acorde a la superficie en que vaya a trabajar», aclarando que «cuando el equipo está funcionando, no puede haber ser vivo alguno en el lugar».
También resaltó que «se incorporó una alarma sonórica y otra lumínica que indican que el equipo está funcionando. También sensores de movimiento que actúan en el caso de que alguien abra la puerta, en pleno trabajo de desinfección, cortando el equipo en forma automática».
Dentro de la etapa de prueba, Volker indicó que «ya fue probado en forma satisfactoria y solo resta sumar una placa para optimizar el funcionamiento», añadiendo que «la mayor parte fue construido con material que conseguimos en la ciudad, salvo los tubos ultravioletas y el control remoto que pedimos en Buenos Aires».
Dentro de los detalles técnicos, los constructores expresaron que «la lámpara cuenta con dos tubos de 60 watt de potencia, en tanto que el ozonizador es de menor tamaño y posee un tubo de 20 watt de potencia y un ventilador que fuerza el aire a pasar a través del tubo logrando la ionización del aire y creando ozono O3 en forma permanente, así reciclando el aire del ambiente a descontaminar de forma continua».
También el ingeniero contó que «los equipos los ensamblamos en el consultorio junto a mi primo. Se trata de una tarea sencilla de un modelo parecido al que construimos en abril, agregándose una serie de innovaciones, especialmente en lo que a seguridad se refiere».
Finalmente, indicó a El Día que «la lámpara germicida tiene un metro noventa de alto en forma de cilindro y 30 centímetros de diámetro, en tanto que el ozonizador es de menor tamaño», expresando que «la gente se ha mostrado interesada en estos equipos y que una vez que se ajusten una serie de detalles será enviado a la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) para su posterior homologación».