Será difícil el retorno a clases. No sólo desde el punto de vista pedagógico, también edilicio y en cuanto a las condiciones sanitarias que se deberán cumplir. Así lo evaluó el Rector de la Escuela de Comercio Ramiro Pérez, ante la consulta de El Día de Gualeguay.
En una extensa charla, el docente remarcó que ya han hecho algunas pruebas en el establecimiento, en base al protocolo que maneja el Ministerio de Educación de la Nación. “Hay una gran incertidumbre. Ni bien llegó a nuestras manos el protocolo de nivel nacional, lo vimos y nos pareció bastante amplio. Me llegó un sábado y el lunes me fui a la escuela y armé la famosa aula burbuja, sacando bancos y demás. A nivel infraestructura, en particular la Comercio lo podría concretar, dividiendo los grupos en dos o hasta tres. Sí estamos lejos es en cuanto a la cuestión organizativa y la limpieza, sobre todo la inversión que habría que hacer. Es mucho y hoy, sin protocolo y de manera normal, estamos en apenas un 20% de lo que necesitaríamos”.
Pérez apuntó que “uno intenta tener cierto optimismo sobre volver a clases pero lo más complejo será la higiene, en cuanto a lo económico y cómo lograr que los chicos mantengan la distancia de prevención. Uno ve las calles, grupos de adolescentes uno al lado del otro, sin distanciamiento. Eso también me preocupa”. El directivo señaló que “la escuela tiene tres o cuatro espacios grandes para tener grupos pequeños, pero otro interrogante es el recreo. Quizás los que primero vuelvan sea 6to y 1ero, es decir unos 40 alumnos, por aula. Los puede distribuir en los espacios de la escuela, pero como hacés para que se conserve la distancia social. La verdad que va a ser muy complejo”.
Pérez insistió que “uno quiere ser lo más optimista posible. Nos hablan de capacitar docentes, familias y chicas, pero en la práctica lo veo algo complejo. ¿Los recursos? Para hablar de un aula burbuja tenemos que pensar en condiciones de limpieza. Se debería hacer una inversión importante. ¿Cuánto? A la escuela le llegan 1.800 pesos aproximadamente. Es un 20% de lo que se gasta. Tenemos dos baños de docentes, 6 de estudiantes más toda la limpieza de oficinas y aulas. Lo hablábamos con el encargado de los ordenanzas. Hay que tener elementos de limpieza individual para cada ordenanza, el mantenimiento constante con lavandina, alcohol en gel, un trapo para que los chicos se higienicen…etc”.
Sobre los aprendizajes, evaluó que “ese será otro trabajo que tendrá que hacer cada escuela. Ver cómo están los chicos una vez que se reintegren. Hay que mirar los aprendizajes, porque hemos hecho una educación a distancia. Nosotros trabajamos con nuestra planificación, no con los cuadernillos que mandó el estado. Y la escuela puso todos los recursos que tenía. Por eso digo, antes de tomar cualquier decisión, hay que ver la calidad de aprendizaje que se dio. Podemos extender el calendario pero antes hay que ver lo que pasó en estos cuatro meses. También si se corre el calendario habría que ver qué pasa con las universidades por ejemplo, para que no queden a contramano. Debería ser una decisión para todo el sistema”.
Finalmente el Rector señaló que “veo en muchos colegas un gran agotamiento y también en los chicos con los trabajos que han afrontado. También habrá que tener en cuenta la cuestión psicológica de los adolescentes, emocionalmente. Y tener una mirada global para ver qué se hace con el ciclo lectivo de este año”.