Se trata de la que elabora la Universidad de Oxford, Reino Unido, y se encuentra en su última fase de experimentación, tras confirmarse que puede generar anticuerpos. «Me convertí en algo así como un ‘chimpancé de laboratorio», dijo.
Pablo Andrés Berra nació en Lomas de Zamora y su familia se mudó Santiago cuando tenía sólo 3 años. Desde hace 12 años está viviendo en Sudáfrica, y se transformó en el primer argentino en ser inoculado con la vacuna experimental contra el coronavirus que está elaborando la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, al ser seleccionado como voluntario por la Universidad de Witts de Sudáfrica, asociada en la investigación.
Pablo no dudó un instante, y luego de superar los exámenes a los que fue sometido, hace unos días recibió la vacuna, y contó su experiencia.
Berra, quien se desempeña como docente en un colegio especial Montessori, tiene a su esposa internada con Covid-19 y a diario debe visitarla. El estar expuesto al contagio, es uno de los aspectos que se tienen en cuenta para la elección de voluntarios para la vacuna.
«Afortunadamente pasé las pruebas de salud y he avanzado al siguiente paso que es la vacuna y ahora estoy en el control por doce meses», declaró pocas horas después de haber sido vacunado en un laboratorio de la Universidad de Witts.
Las pruebas de la Universidad de Oxford están dirigidas actualmente a voluntarios en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica.
Luego de que le administraran la vacuna, Pablo fue informado por los profesionales que lo asisten, que «los efectos secundarios son mínimos, podría haber mareo, vómito, fiebre y sólo afecta a muy pocas personas, nada de qué preocuparse».
«Podría causar una reacción alérgica grave, pero afortunadamente no hubo casos y siempre hay profesionales de la salud acompañando en el proceso por si algo llegara a pasar. Cada visita al laboratorio implica hisopado y análisis de sangre una y otra vez, para ver el desarrollo de los anticuerpos. Al principio le temía al hisopado, pero no es doloroso, es una sensación extraña a la que ya me he acostumbrado», relató.
Sobre cómo fue el proceso para convertirse en voluntario para el experimento, comentó con mucho humor que «la Universidad de Witts se conectó hace un par de semanas conmigo y me convertí en algo así como un ‘chimpancé de laboratorio’ por ser la vacuna de ellos, y estuvieron haciéndome numerosos estudios de salud para ver si yo daba con los requisitos que ellos buscan: que no haya tenido el virus antes ni ahora, ni HIV, diabetes, obesidad, hepatitis B, ni sea fumador, alcohólico, antecedentes de enfermedades en mis padres y tener entre 18 y 65 años. Hay otro grupo menor de voluntarios que son 50 personas portadoras del HIV».
Sobre el trato que recibe de parte de los profesionales dijo que «es excelente, con la típica cordialidad sudafricana», que los hizo famosos en todo el mundo, y que no recibirá pago alguno, porque «ser voluntario es gratuito».
Cómo sigue su vida desde ahora
«Hay un seguimiento constante y de doce meses a todos los voluntarios, que no sólo debemos ir al laboratorio seguido sino estar conectados las 24 horas con el celular para tenerlos siempre informados de cualquier anormalidad. El laboratorio me ha dado termómetro y otros elementos, como una regla que la uso para ir midiendo el círculo en el hombro, donde pusieron la vacuna por si llegara a crecer. Si por ejemplo llegara a tener tos o cualquier malestar mínimo, debo llamarlos en el acto. Por doce meses también debo informar si viajo a otra provincia o país. Si quisiera dejar de participar en el programa, les aviso y listo, ellos no pueden preguntarme por qué. Uno tiene la libertad de retirarse», relató.
También reveló que, «de los que recibimos la vacuna, a la mitad se le aplica un placebo, pero ni el que aplica la vacuna ni el voluntario sabe si es la vacuna verdadera. Ambas tienen el mismo color».
«Los estudios donde se utilizan placebos son una prueba para los científicos: si un nuevo tratamiento es sistemáticamente mejor que un placebo y es seguro, puede comercializarse, venderse y prescribirse. Una vez que la vacuna sea aprobada, se les aplicará gratis como agradecimiento a todos los voluntarios que hayan recibido antes el placebo», precisó.
La situación en su país de residencia
Respecto de cómo estaban viviendo en Sudáfrica esta pandemia, Pablo contó que está «muy afectado por la cantidad de personas infectadas», por lo que se encuentra en el quinto lugar en el mundo en cantidad de casos.
«Tengo varios vecinos con el virus, los empleados de la farmacia, los chicos del súper donde hago las compras, parientes enfermos. Hay cerca de mil casos nuevos por hora, y el número crece y mucho cada minuto. Supongo que por ese motivo, Oxford decidió asociarse con la Universidad de Witts en Sudáfrica para ayudar en la solución de encontrar la vacuna que funcione y esperemos que sea aprobada cuanto antes», explicó.
Dijo que en ese país, «uno está expuesto constantemente al virus. No hubo una cuarentena estricta como en Santiago, y creo que es eso lo que los científicos necesitan, que los voluntarios se enfrenten al virus, lo contraigan para demostrar que la vacuna funciona y que no tiene efectos secundarios».
Pablo trabaja hace 12 años en educación en un colegio especial Montessori que tuvo que cerrar el 16 de marzo, y no se sabe hasta cuándo.
En este sentido, contó que «los colegios que volvieron a abrir fueron afectados por la pandemia, miles de chicos se contagiaron y tuvieron que volver a cerrar. No es mucho lo que se puede hacer online con los preescolares, bastante con los chicos del primario, pero no es suficiente como las clases presenciales. Este virus nos ha afectado a todos y por lo visto por mucho tiempo».
Sería segura para el sistema inmunitario y generaría anticuerpos
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford parece segura para el sistema inmunitario y puede producir anticuerpos, de acuerdo con los resultados de los primeros ensayos publicados en la revista médica The Lancet, según informó hoy la institución británica.
Los ensayos realizados en fase 1 y 2 en alrededor de 1.077 voluntarios mostraron que la vacuna los llevó a producir anticuerpos y tuvo una reacción favorable en las «células T», dentro de los 14 días de la vacunación.
Esta reacción significa que los glóbulos blancos pueden atacar a las células infectadas con el virus Sars-CoV-2.
Los investigadores informaron además que la vacuna no provocó ninguna reacción inesperada, tuvo un perfil de seguridad similar al de las vacunas anteriores de este tipo y sólo causó pocos efectos secundarios que desaparecieron cuando se les suministró paracetamol a los pacientes.
Durante el estudio, los participantes que recibieron la vacuna tenían anticuerpos neutralizantes detectables, algo que los investigadores sugirieron como importantes para la protección contra el virus.
A su vez indicaron que estas respuestas fueron más fuertes después de una dosis de refuerzo, con el 100% de la sangre de los participantes teniendo actividad neutralizante contra el coronavirus.
Los investigadores indicaron que el siguiente paso en el estudio de la vacuna será confirmar que puede proteger eficazmente contra la infección del Sars-CoV-2.
«Vimos la respuesta inmune más fuerte en los 10 participantes que recibieron dos dosis de la vacuna, lo que indica que ésta podría ser una buena estrategia para la vacunación», explicó Andrew Pollard, investigador jefe del Ensayo de Vacunas de la Universidad de Oxford.
Fuente: El Liberal