Las 24 jurisdicciones del país aprobaron los protocolos para la vuelta a clases presenciales con un sistema “dual” de enseñanza, esto se realizó en la 97 asamblea del Consejo Federal de Educación, presidida por el Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta.
Este acuerdo macro, marca los lineamientos a seguir en cada una de las provincias de la Republica Argentina, dejando establecido que cada provincia debe adecuarse a su contexto y realidades.
Esta introducción marca el camino a seguir, sabiendo que las realidades son tan opuestas en cada provincia, pero que marca un punto en común; “el deterioro en infraestructura educativa, en el 60% o más de los establecimientos educativos de nuestro país”. Es común ver edificios con faltante de mampostería en sus techos, problemas en las instalaciones eléctricas, falta de instalación de gas natural en la mayoría de ellos, sanitarios en muy malas condiciones, aulas construidas con durlock, para lograr mayor cantidad de aulas, entre otros problemas que se vienen produciendo en las escuelas a lo largo y ancho de nuestro país.
Además sumarle a la superpoblación de estudiantes, lo que produce hacinamiento en las aulas, lugares creados con una capacidad máxima de 25 estudiantes, hoy esas aulas tienen 35 y hasta 40 estudiantes. Establecimientos que sirven para dos escuelas; primaria y secundaria compartiendo mismo edificio, y hasta en muchos casos, mismo turno. Y así, puedo seguir describiendo y enumerando las problemáticas que tiene hoy el sistema educativo.
Pero hoy nos toca de lleno la pandemia del covid 19 y con este virus todo lo que se venía realizando, ya no puede seguir. Ahora es el momento de los tecnócratas que vienen a decir como los docentes y estudiantes se tienen que relacionar y cuidar a partir de la llegada de la presencialidad o como le gusta llamar a los intelectuales, “la nueva normalidad educativa”.
Esta nueva normalidad que se puede llevar adelante en países que cuentan con un sistema educativo basado en la prioridad que es el ser humano, donde la infraestructura y la tecnología son dos pilares fundamentales para el crecimiento y mejoramiento educativo; pero en Argentina eso es inviable.
Cuando el Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta habla de “aula burbuja”, donde el docente se debe ubicar en el centro del aula y los estudiantes agrupados a los costados o en ronda, no es nada nuevo, Gualeguay sin ir más lejos hace 2 años en muchas escuelas lo vienen realizando.
Con todo respeto al Ministro, pero creo firmemente que la “burbuja” está situada sobre la poca creatividad que se ha logrado para llevar adelante los protocolos.
El ciclo lectivo 2020 va a culminar con un sistema dual, que va a permitir establecer que cada estudiante concurrirá a la escuela y de esa forma interactuar con sus amigos y con sus docentes, solo 40 días de los 180 días establecidos por ley.
¿Cómo saco este número? Muy fácilmente, con un pronóstico alentador podemos decir que las clases presenciales van a volver a partir del 15 de agosto; a partir de allí tenemos cuatro meses hasta el 15 de diciembre, o sea 80 días de clases de los cuales con un sistema dual solo van a concurrir 40 días. A esto no le sumemos ausencia, días de lluvia, o cualquier otro impedimento que dé como resultado ausentismo escolar por parte del estudiante.
Si señora Rosa, su hijo solo va a concurrir el 22% aproximadamente de clases presenciales. Esta va en detrimento de la calidad educativa que se intenta lograr.
Todos los actores institucionales educativos, sabemos que la educación virtual o en línea no logra alcanzar los estándares mínimos de aprendizajes. A pesar del esfuerzo enorme que han realizado los docentes, poniendo plata de su bolsillo para pagar internet, perdiendo su intimidad familiar en pos de no romper el vínculo con el estudiante y su familia. La educación virtual no es lo mismo que la presencialidad y eso se va a notar y mucho, cuando de resultados y variables hablemos.
Este maldito virus vino a visibilizar nuestras falencias educativas a nivel provincial y nacional. Pero este momento histórico que nos toca presenciar debe ser un momento de cambio de paradigma del sistema educativo en su totalidad.
Es hora de comenzar a producir nuevos hábitos educativos, donde el protagonismo central sea el estudiante, es hora de que los distintos gobiernos tomen en serio la educación y den los lineamientos necesarios para poder aumentar la infraestructura escolar, porque la familia se lo merece, porque los estudiantes se lo merecen y porque la comunidad educativa toda hace mucho lo está esperando, hasta pronto.
Prof. PEDRO DEMARCHI.