El hecho sucedió en la provincia de Salta, donde vecinos de la joven de 29 años, se manifestaron frente a su domicilio. Autoridades de la provincia repudiaron el episodio.
Una ambulancia que trasladaba a una mujer de 29 años con testeo positivo de coronavirus, desde la localidad salteña de Rosario de Lerma hacia un hospital de la capital provincial, fue apedreada y sufrió roturas por parte de vecinos de la paciente, quienes se manifestaban frente a su domicilio.
«Lo que pasó anoche nos duele muchísimo. No por la aparición de un nuevo caso, que todos somos conscientes que pueden aparecer, sino por el comportamiento de los vecinos», dijo el ministro de Gobierno, Derechos Humanos, Justicia y Trabajo de Salta, Ricardo Villada.
El funcionario formuló estas afirmaciones al referirse al hecho registrado anoche cuando se confirmó el quinto caso de coronavirus en Salta, en una joven que llegó a la provincia el 28 de abril y que cuando estaba por terminar la cuarentena obligatoria el último control le dio positivo para Covid-19.
«La base de nuestro accionar debe ser la solidaridad», agregó el ministro al hablar del hecho.
Por ello, se activó un protocolo sanitario que motivó el traslado de la mujer, de 29 años y asintomática, al hospital Papa Francisco, de la zona sudeste de la capital salteña.
Al llegar la ambulancia para el traslado correspondiente un grupo de vecinos se manifestaron frente al domicilio de la paciente y apedrearon la casa y el móvil sanitario, que registró la rotura de vidrios, pero ninguno de sus ocupantes sufrió daños físicos.
La coordinadora de Epidemiología de Salta, Griselda Rangeón, explicó que se trata de una mujer que se desempeñaba como trabajadora golondrina en la localidad de El Chaltén, en la provincia de Santa Cruz, pero al quedarse sin trabajo regresó a Buenos Aires.
Tras permanecer allí por cuatro días, retornó a Salta junto a otras nueve personas, cuyos test dieron negativos.
La paciente se convirtió en el quinto caso importado de coronavirus en Salta y cursó la cuarentena obligatoria en su domicilio, en la ciudad de Rosario de Lerma, a 25 kilómetros al sur de la capital provincial.
El intendente de esa localidad, Enrique Martínez, repudió la actitud de los vecinos, que atacaron la casa de la trabajadora que contrajo la enfermedad, y negó que se haya registrado alguna denuncia por la violación de la cuarentena de la paciente.