Un hombre y su hija, de 8 años, fueron hallados muertos en un auto sobre la Ruta Nacional 34, al norte de Salta. El sujeto había llevado a la niña para cenar la noche anterior. La otra hija de 11 años, se salvó del macabro plan.
Un hombre de 40 años, identificado como Raúl Pereyra, que residía en la localidad de General Mosconi y ejercía el oficio de jornalero, asesinó, según las primeras hipótesis con un disparo de arma de fuego, a su hija de ocho años y luego se quitó la vida.
El fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, Pablo Cabot, esperaba la llegada del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) para que determinara oficialmente las causales de esta tragedia familiar que conmovió ayer por la tarde a todo el norte.
Hasta anoche no se había podido determinar con exactitud la hora en que Pereyra asesinó a la más pequeña de sus hijas para luego quitarse la vida. Se confirmó que la propia Policía localizó el vehículo, un Ford Escort color crema, al costado de la ruta nacional 34, entre las localidades de General Ballivián y Coronel Cornejo.
Llamó la atención de la fuerza de seguridad (que ya había recibido la denuncia de la exesposa de Pereyra y madre de la infortunada nena), que el vehículo estacionado se encontraba con la puerta del acompañante abierta. Los efectivos se acercaron al rodado y se dieron con el terrible cuadro: ambos yacían sin vida.
Denuncias por violencia
Escenas de profundo dolor se vivieron en la comisaría 41 de General Mosconi. Allí, Nancy Sánchez, la mamá de Araceli, se entrevistó durante una hora con el fiscal Cabot, una vez que el agente fiscal regresó del lugar donde se encontraba el vehículo estacionado con los dos cuerpos, al costado de la ruta nacional 34.
Acompañada por algunos familiares, la mujer de 37 años estaba totalmente desconsolada y abatida por el dolor.
A pesar del total hermetismo impuesto por el fiscal Cabot, El Tribuno accedió a parte de la historia que terminó con el fatal desenlace. Algunos familiares cercanos a las víctimas relataron que el drama comenzó la noche del viernes, cuando Pereyra, que estaba separado de Sánchez, llegó a la Misión Wichi, donde la mujer residía con sus dos hijas.
Macabro plan
Pereyra salió con las dos nenas hacia Mosconi como lo hacía los fines de semana luego de cobrar su jornal. Trascendió que hasta le compró zapatillas y un pote de nieves, a pedido de la hija menor. Cerca de las 22, regresó a dejarlas pero una hora más tarde volvió a recoger a sus hijas con el argumento de llevarlas a comer a General Mosconi.
La mayor de sus hijas, de once años de edad, por esas cosas del destino, prefirió quedarse. No así Araceli, que subió al auto de su padre. «Ella lo quería muchísimo a su papá. Araceli lo adoraba y él también la quería mucho a la chiquita. Ahora nos damos cuenta de que la mayor de las nenas se salvó de milagro porque seguramente su intención era asesinarlas a las dos y después quitarse la vida», refirió un familiar.
Ya había sido denunciado
Como Pereyra no regresó toda la noche con su hija menor, en las primeras horas de la mañana la mamá, que en los últimos tiempos lo había denunciado por violencia de género, llegó hasta la comisaría de General Mosconi a radicar otra denuncia, sin siquiera imaginarse que posiblemente a esa hora Araceli como su padre yacían sin vida dentro del auto.
«Como a las 3 de la tarde la Policía fue a decirle a la madre que los habían encontrado y le dieron la peor noticia», agregó un tío de la mujer.
Los familiares de Araceli aguardaban pasadas las 21.30 de ayer que la Justicia les hiciera entrega del cuerpo de la menor para velarla en la propia comunidad wichí de General Mosconi.
Trabajos del CIF
Al ser consultado por El Tribuno, el fiscal Pablo Cabot se excusó de brindar informaciones y solo manifestó: «Estamos esperando la llegada del CIF que viene de Orán».
«Una vez que tengamos toda la información recién vamos a estar en condiciones de darle a conocer a la prensa», explicó el fiscal de Tartagal.
Se secuestró un arma larga que se encontraba en el auto y se pudo comprobar que se trataba de padre e hija.
Cabot se entrevistó con una mujer que se identificó como madre de la menor, la que señaló que se encontraba separada de su pareja y que éste se había llevado a la niña de 8 años y no la había restituido como habían acordado.
En el lugar se realizaron las tareas de campo de rigor y se dispuso el traslado de ambos cuerpos al Servicio de Tanatología Forense del CIF de Orán, donde se realizaba la autopsia para determinar causa y data de muerte.