El Profesor Gustavo Briosso recibió un gran reconocimiento: se hizo a acreedor al Premio Provincial José Benjamín Zubiaur destinado a los docentes de Educación Física de cada Departamento. La entrega, que se hizo en Concepción del Uruguay, estuvo cargada de emoción.
En diálogo con El Día de Gualeguay, el docente recordó sus inicios y contó porqué se dedicó al tema discapacidad. “Me agarran entrenando con Trini, pero gustoso de poder charlar un ratito –cuenta en plena actividad con la atleta oriunda de Médanos-.
Por supuesto que todo esto se siente como una caricia, es un mimo al alma porque a veces las pilas se van acabando. Hace 24 años que trabajo en discapacidad y lucho para que estas personas tengan todos sus derechos. Siempre la he peleado a nivel deportivo pero Gualeguay trabaja bien en eso. Hay muchas instituciones que hace muchos años trabajan. Siempre buscamos que el chico pueda elegir deporte, arte, música y se está trabajando bien por suerte”.
Briosso tomó que “estos reconocimientos sirven para seguir hablando de discapacidad. Por supuesto que en algún momento uno piensa en ir descansando y que los profes nuevos, que hay muchos y buenos, tomen la posta”.
El profesor recordó sus inicios. “Cuando uno estudia el Profesorado de Educación Física está el fútbol. Estuve en Paraná y en el ’96 entré a la Escuela León Martinelli. A todos los chicos que tenía en las otras escuelas los encontraba en la colonia de vacaciones o en los clubes. Y a los chicos de la Martinelli les daba la hora ahí y no los veía más. Así me empecé a preocupar por qué no tenían una opción de deporte. Si los otros chicos podían ir a Bancario o a BH, ellos no lo pudieran hacer. Así llegó el 2004 cuando dimos la vuelta a Entre Ríos con Maxi y nació el Equipo Deportivo Adaptado. Le pusimos nombre y empezamos a trabajar. Después de esos años logramos que el municipio se hiciera cargo del sueldo de los profesores y así siguió. Ahora hay muchos chicos y cada vez queremos más”.
¿Cómo está Gualeguay? Nos falta infraestructura con más lugares para que los chicos se puedan desarrollar. Por ejemplo la pileta del CEF, estamos re contrami lagradecidos pero queda chica ya para todo Gualeguay. Tener una pileta adaptada sería algo que falta, la cantidad de profesores. Hay un montón de personas con discapacidad y hay límites. Se necesitan más profes. Después tiene que ver con la comunidad toda. Yo la veo a Stefanía Ferrando, campeona, que anda con su silla de ruedas por la calle, me preocupa, me da miedo que algún auto le haga algo. Las veredas están rotas, faltan rampas. Eso hay que hacerlo entre todos, para que los chicos se puedan movilizar tranquilos por la ciudad”.
Hay grandes deportistas en Gualeguay y ya son un faro para los otros chicos. “Lo hablamos con ellos en forma permanente. Días pasados vino una nena de 12 años de Villa Elisa a entrenar con Trini. Ganó en los Evita y ya despegó. Ellos tienen que hablar, por lo que pasaron y lo que les costó. Lo mismo los padres, que le vayan contando a los nuevos lo que les espera y que los orienten”.
Sobre su propio futuro, Gustavo piensa ponerle una pausa y tomarse más tiempo. “Me encanta lo que hago, pasa que me cuesta cada vez más viajar. Estuvimos en Lima, y fue soñado, pero mi hija me reclamaba y me mandaba audios que me partían. La verdad que extrañé horrores y llegaba la noche y la pasaba mal. Después de tantos años me reclaman. Hasta hace poco estábamos toda la semana en el CENARD con Trini entrenando…y hace 24 años que estoy en esto. Me han propuesto de todo desde hace muchos años, pero quiero estar un poco con mi hija y acompañarla”.
Finalmente dejó a salvo ‘la herencia’. “Hay grandes docentes en cada área que ya están formados. Está Diego Hernández con Maxi en el ciclismo, está Gonzalo Menéndez en natación que también trabaja muy bien. Yo acompaño pero ellos ya saben qué tienen que hacer. Y Alejo Bover que es mi mano derecha y sabe todo. Tranquilamente me puedo quedar en mi casa. Los proyectos están y van a seguir esté o no esté yo”.