El empresario denunciado por la modelo Camila Serra figura como empleado de dos empresas de su familia ligadas a los planes de ahorro que fueron fuertemente expuestas en las redes sociales.
«En el ambiente donde se mueve todos salen con modelos». La afirmación vino desde una persona cercana a Camila Serra, la modelo y estudiante de psicología que denunció que el empresario Esteban Mallorca Tebaldi, en ese momento su novio, intentó matarla tras un ataque desmedido de celos.
Es verdad que Mallorca Tebaldi circula en ambientes caros, sale con modelos, se mueve en autos de alta gama: Prefectura Naval lo fue a detener en su departamento de Juana Manso al 600 en Puerto Madero. Lo que no termina de quedar claro es a qué se dedica. Aunque Infobae indagó en este punto con sus representantes legales, no hubo respuesta. Sin embargo, sí se pudo establecer que son dos empresas las que le pagan el sueldo: Unilogro y Asesorarte.
Antes había sido empleado de la firma Plan Ambo. En los directorios de todas pasaron directivos con el apellido familiar. Un dato en medio de las preguntas sobre su estado laboral y su vida de lujos llama la atención poderosamente: de acuerdo a números del Banco Central, enfrenta deudas recientes con cinco bancos distintos por $1,3 millones.
Según el Boletín Oficial, tuvo cargos en ambas firmas. De Plan Ambo fue vicepresidente, integró el directorio de Asesorarte, empresa dedicada al «asesoramiento integral y consultoría en materia jurídica financiera».
Si bien su rol dentro de estas firmas se desconoce, una búsqueda rápida en internet alcanza para vincular las razones sociales con denuncias de usuarios en redes, principalmente a Plan Ambo y Unilogro, relacionadas con la adjudicación de planes de ahorro.
Sobre el modus operandi, que se repite en distintos casos, un relato publicado en el sitio de la ONG Usuarios y Consumidores Unidos plantea las bases de la posible estafa vinculada a algunas de estas empresas: «Cuatro chicas vinieron a la puerta de mi trabajo, yo estaba recién entrando algo dormido y me explicaron un plan que no entendí mucho, no quería saber nada, pero me hicieron firmar diciéndome que era para que quede corroborado que vinieron y me ofrecieron el mismo».
En base a una reconstrucción realizada a partir de los distintos casos, los testimonios apuntan a que promotoras de esas empresas los habrían abordado en la calle y les pidieron una firma, no para suscribirse al plan, sino como constancia de que ellas se lo habían ofrecido. De buena voluntad, muchos firmaron y dieron también algunos datos.
En paralelo, el sitio Tuquejasuma.com le dedica una página completa a contar de qué forma muchas de estas personas volvían a ver aparecer a Unilogro y Plan Ambo: al menos una decena de usuarios coinciden en que en sus resúmenes bancarios aparecen débitos de las empresas, sin motivo aparente ni ofrecer servicio alguno, hay usuarios que hablan de descuentos de mil, dos mil pesos.
Entre los comentarios hay indicios, siempre según el relato de los usuarios, de que las dos empresas podrían ser la misma. Esto surge a partir de los testimonios que expresan que los débitos que comenzaron a nombre de Plan Ambo, luego pasaron automáticamente a realizarse desde Unilogro.
Una fuente cercana a su defensa dice que el empresario efectivamente «tuvo denuncias» aunque nunca fue condenado.
En febrero de 2017, la Sala II de la Cámara de Casación falló en contra del empresario y otros vinculados a Plan Ambo luego de que intentaran querellar a 14 personas «por haber desplegado conductas orientadas a perjudicar el patrimonio de la persona jurídica, consistentes en promover demandas laborales millonarias contra la empresa, induciendo a engaño al juez laboral» y hasta hablaron de «un plan para arruinar a la empresa», de acuerdo a un documento judicial disponible en el CIJ. Una de esas 14 personas, un albañil jubilado de 67 años de Lanús, luego lo denunció por insolvencia procesal fraudulenta, una causa que data de 2018 y que recayó en el Juzgado Nº 2.