Luis Escobedo, ex jugador de Vélez y Colón entre otros equipos, y ex combatiente en la guerra de Malvinas, había viajado a las Islas junto a otros siete ex compañeros. Fue arrestado en las islas por mostrar en el cementerio de Darwin una bandera con la imagen del archipiélago y la leyenda “Territorio Argentino”. “Nos trataron como si fuéramos delincuentes y lo único que hicimos fue honrar a los nuestros”, aseguró.
Al otro de homenajear a sus compañeros, mientras dormían, la policía llegó al hotel donde se alojaban y requisó las habitaciones: les sacó pasaportes, teléfonos celulares, cámaras de fotos y objetos personales y se los llevó detenidos. Sucedió que mientras habían rendido honores a sus compañeros en el cementerio estaban un periodista austríaco y un kelper, que los miraban atentamente. Este finalmente denunció a Escobedo y a sus camaradas por “ofensas e insultos”. Luis Alberto Escobedo es también futbolista, con pasado en Vélez, Belgrano y Colón y en clubes del ascenso, como Los Andes, Temperley y Dock Sud, además de uno en Chile.
En la actualidad juega en el equipo senior de Temperley y en el seleccionado argentino de mayores de 50 años. Además de ser parte de la historia de la guerra como soldado, la semana pasada pasó por una situación conflictiva que en las islas.
Escobedo viajó a Malvinas con otros ex combatientes para rendir homenaje a sus compañeros fallecidos allí. Se dirigieron al cementerio de Darwin, ubicado a 77 kilómetros de Puerto Argentino, y realizaron un minuto de silencio, cantaron el himno y exhibieron una bandera que el ex futbolista siempre lleva consigo y que posee una imagen de las islas con la frase “Territorio argentino”.
Al día siguiente, mientras dormían, la policía llegó al hotel donde se alojaban y requisó las habitaciones: les sacó pasaportes, teléfonos celulares, cámaras de fotos y objetos personales y se los llevó detenidos. Sucedió que mientras habían rendido honores a sus compañeros en el cementerio estaban un periodista austríaco y un kelper, que los miraban atentamente. Este finalmente denunció a Escobedo y a sus camaradas por “ofensas e insultos”.
Al cabo de dos días de detención y luego de algunas declaraciones, todos fueron liberados. Pero Malvinas había dejado otra marca imborrable en sus vidas.
“Nos trataron como si fuéramos delincuentes y lo único que hicimos fue honrar a los nuestros”, aseguró Escobedo a Pagina/12. “En el 82 fui prisionero de los británicos después de la rendición y ahora terminé igual por la denuncia de un isleño”, aseguró Escobedo, sin dejar de poner distancia entre ambos casos. A diferencia de sus compañeros, el ex soldado ya había viajado a las islas en el 2012, en 2016 y este año quería darle un cierre a su historia personal. “Esto queremos denunciarlo porque no queremos que le pase a nadie más. Nosotros nos expresamos en el cementerio donde están nuestros compañeros y los homenajeamos a ellos y a los que quedamos vivos. No molestamos a nadie y solo lo hacemos allí”, explicó con enojo.
Apenas había finalizado el servicio militar obligatorio hacía un mes. Solo pensaba en volver a calzarse la camiseta y los botines para poner a rodar la pelota. Al mes de descansar y a punto de volver a los entrenamientos, vio en el diario un anuncio con el llamado a los colimbas de su brigada que figuraban como reservistas en el que los convocaban nuevamente, aunque esa vez era para defender la soberanía frente a los ingleses en Malvinas. En aquella guerra, los jerarcas militares argentinos, que todavía mantenían centros clandestinos de detención en el continente, mandaban jóvenes de entre 18 y 20 años que apenas tenían instrucción militar a enfrentar a los militares profesionales británicos.
“Viajamos el lunes. El martes fuimos al cementerio de Darwin donde desplegamos nuestras banderas y cantamos el himno. Después hicimos un minuto de silencio y gritamos bien fuerte ¡Viva la patria!. No hubo más que eso”, recordó Escobedo sobre lo que hicieron y que fue mal visto por los kelpers.
“Había un periodista austríaco al que había llevado un chofer local. Fue el chofer quien nos denunció diciendo que gritamos agresiones y que se había sentido agraviado”, agregó el también ex futbolista. El día siguiente fue normal, en el que se encontraron con militares británicos con los que intercambiaron experiencias y al día siguiente, el jueves a primera hora de la mañana, los despertó la policía. “Nos sacaron los pasaportes y estuvimos dos días bajo arresto en el hotel, porque la comisaría no tiene cárcel”, afirmó Escobedo.
“Aparentemente lo que le molesto al kelper fue mi bandera que tenía una imagen de las Malvinas y decía territorio argentino”, explicó el ex combatiente pero agregó que “de ninguna manera esas banderas, porque no era la única, se mostraron fuera del cementerio. A nuestros compañeros, que ahora tienen nombre y apellido, tenemos que poder honrarlos como nos parece. No faltamos el respeto ni ofendimos a nadie. Las autoridades británicas nos entendieron y nos dijeron que iban a hablar con los kelpers para que cambien su actitud con nosotros”.