Vidal recordó que cuando asumió sus funciones encontró un sistema penitenciario “abandonado” y ahora, remarcó, el camino de la seguridad “incluye la reinserción de aquellos que cometieron un delito”.
“Es un desafío y vamos a seguir muy de cerca lo que pase con esta unidad. Queremos demostrarle a la gente que el camino de la seguridad incluye la reinserción para los que cometieron un delito”, armó Vidal luego de recorrer el nuevo penal junto al ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari.
La nueva cárcel ofrecerá a más de 600 jóvenes de entre 18 y 21 años la posibilidad de completar estudios secundarios y terciarios y capacitarse en talleres laborales, para facilitar su reinserción social al momento de que se cumplan sus condenas.
El proyecto prevé la plena ocupación de los internos a través de la educación, el trabajo, el deporte y el abordaje asistencial intensivo, enfocado en la salud y las adicciones.
No es para cualquiera
Los jóvenes detenidos que vayan a la cárcel de Campana tendrán que firmar un “acta de conformidad”. Los internos deberán comprometerse a cumplir pautas de convivencia como el respeto de horarios y tareas del pabellón, la asistencia a las actividades educativas, laborales, de capacitación y deportivas, más las reglas relacionadas al aseo personal, limpieza de lugares comunes y cuidado edilicio.
Fuentes del gobierno bonaerense al señalar que la sobrepoblación carcelaria y los problemas de infraestructura son factores que dificultan el desarrollo de actividades en los detenidos y ello potencia la conflictividad y complica el trabajo de los agentes en tareas de asistencia y tratamiento, que deben concentrarse en tareas de seguridad.
El incumplimiento de las normas implicará la exclusión del programa, remarcaron. El objetivo, explicaron los voceros, es ofrecer a sus internos herramientas para que “puedan empezar una vida lejos del delito”, desde sus cuatro módulos que incluirán celdas, aulas, talleres y un polideportivo central.