La baja repercusión negativa que tuvo la implementación de las pistolas Taser en aeropuertos y trenes parece haber decidido al Gobierno a avanzar en algunos proyectos que parecían cajoneados.
Uno de ellos es el nuevo Régimen Penal Juvenil, un pedido que Mauricio Macri les había hecho a sus asesores en materia de Justicia en 2017 y que quedó postergado por la campaña Legislativa de ese año, recobró impulso en las últimas horas. Y ahora el Presidente planea enviarlo al Congreso para intentar reunir consenso con la oposición y aprobarlo durante las sesiones extraordinarias de febrero. La principal novedad en la letra del texto, tiene que ver con la baja de la edad de imputabilidad: de 16 años pasará a 15 años, para los delitos más graves; y no a 14 como impulsaba el sector más duro.