A raíz de los rastrillajes realizados ayer y que continuarán hoy, el ex intendente Luis Erro salió al cruce de las pesquisas y pidió que la investigación “deje de tirar bombas de humo” y “que piensen en quiénes se beneficiaron con esta desaparición”. Los rastrillajes, que se concretaron en cercanías de dónde apareció la camioneta de Omar Benvenutto, en octubre del año pasado, fueron encabezados por orden del Juez Federal Anìbal Ríos, y se utilizaron perros traídos desde Río Negro, los mismos que participaron de la búsqueda de Santiago Maldonado. Según reveló el propio Erro, volvieron a rastrear en Monte Alegre, el campo contiguo a la ruta, a metros del lugar donde quedó abandonada la camioneta. “Me parece positivo que la Justicia continúe abocada a la investigación para que se conozca qué fue lo que pasó, ya que durante meses no se ha sabido nada de la causa –arrancó Erro que, junto a su hermano y otros integrantes de su familia fueron apuntados por los fiscales en los inicios de la investigación-. “Sin embargo, pareciera que la Justicia Federal estuviera a ciegas y en fojas cero, ya que ayer comenzó un operativo donde se había encontrado la camioneta hace nueve meses. Acto seguido y luego que uno de los perros rastreadores de la Policía intentara partir en dirección al campo de mi familia, se le autorizó a los efectivos que ingresaran a la propiedad para que no perdieran tiempo en la búsqueda de una orden judicial. Esto fue desoído y se perdieron cinco horas hasta que la misma llegó. Obviamente que la incursión de los canes y los efectivos resultó infructuosa, ya que como era de suponer, no encontraron absolutamente nada de interés para la causa como consta en el acta que fue labrada ayer. Cuando digo nada, es eso, nada. Sin dudas, las acciones desarrolladas ayer evidencian una rotunda falta de rumbo en la investigación, o lo que resulta peor, un nuevo direccionamiento tendencioso como cortina de humo, pero que atenta contra la búsqueda de la verdad. Buscar nuevamente en el campo propiedad de mi familia, que ya fue registrado minuciosamente hace 9 meses y que se comprobara fehacientemente por la Justicia que fue un acto arbitrario, sin fundamentos y teñido de intereses políticos, resulta llamativo y lo que es peor, desnuda las flaquezas de esta nueva avanzada investigativa. Tal vez, para conocer la verdad de lo que sucedió habrá que dejar de tirar bombas de humo y ponerse a indagar sobre hipótesis que puedan ser reales como pensar quienes se beneficiaron con esta desaparición u otras teorías que tal vez, al final del túnel, vean la luz. Porque seguir dando vueltas sobre lo mismo, marca la desorientación profunda de los investigadores. Mientras este sea el camino, algunos sonreirán ante el circo montado, pero nada sabremos sobre los hechos y la Justicia, estará cada vez más lejos de los culpables”.