«Mi padre era muy confiado y de hablar mucho. Quizá esto lo llevó a este final», dijo uno de los hijos del hombre asesinado en Gualeguaychú. «Mi padre era un anciano, si querían robarle, no había necesidad de golpearlo», expresó.
Carlos Romero, hijo del teniente coronel retirado José María Romero, el hombre que apareció asesinado en la vivienda que habitaba en calle San Martín de Gualeguaychú, dijo que está «sorprendido» por el final de su padre.
El mismo vive en La Pampa y pidió «que se sepa quién fue, que pague, no había necesidad de matarlo, ni de golpearlo».
El hombre agregó que su padre «era muy confiado, muy de la puerta abierta», y confesó que «nunca pensé que en Gualeguaychú podía pasar algo así«.
Carlos Romero precisó que tomó conocimiento del fatal final de su padre «este martes a las 14.30, cuando recibí el llamado de un primo que reside en Gualeguaychú. Yo nunca pensé que en esa ciudad podía ocurrir una cosa como esta, mi padre era un anciano, si querían robarle, con eso bastaba, no había necesidad de hacer lo que hicieron, pero esto es lo que pasa en el país, lo vemos todos los días, aunque uno cree que nunca le va a ocurrir«.
Romero precisó que «mi padre es nacido en Gualeguaychú y estaba casado en segundas nupcias, tengo dos hermanas que viven en esa ciudad, y otro hermano que reside en Corrientes pero ahora está en Ushuaia. Quienes han hecho esto han destruido una familia«.
Y continuó: «Espero que la Justicia investigue como corresponde y se llegue a dar con el autor, que se sepa quién fue, que pague, porque no había necesidad de matarlo, ni de golpearlo ni de robarlo. De todas formas yo no conocía muy bien el entorno que tenía actualmente mi padre. Él durante 35 años fue militar de la rama de Intendencia y entre otros destinos estuvo en Rosario del Tala, en Entre Ríos. Actualmente tenía 85 años y su segunda esposa de la que se separó, es de Tucumán y vive en Gualeguaychú y mi padre se trasladó hace unos años a esa ciudad desde Buenos Aires».
Romero contó en diálogo con Radio Máxima que «la última vez que yo viajé a Gualeguaychú para verlo fue hace unos cinco años. Mi padre era de hablar mucho, era muy confiado, muy de la puerta abierta y de contar cuestiones familiares íntimas que no todos andamos ventilando. Quizá sea todo esto lo llevó a este final«.