Ante la falta de respuesta del Gobierno a los reclamos salariales, «los docentes declaramos un cese total de actividades en las 57 universidades nacionales y 100 colegios preuniversitarios de todo el país», dijeron.
Ante la falta de respuesta del Gobierno a los reclamos salariales, «a partir del 6 de agosto, los docentes declaramos un cese total de actividades en las 57 universidades nacionales y 100 colegios preuniversitarios de todo el país», se informó desde la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En un documento, la Asociación indicó que, «en lo que va del año, el Gobierno solo convocó a tres reuniones paritarias y para repetir la oferta que intentó imponer a todos los trabajadores: un 15 por ciento en cuotas, no acumulativas, y sin cláusula gatillo ni fórmula de indexación salarial. Rechazamos sistemáticamente esa propuesta de vergüenza. Desde noviembre hasta hoy, solo hemos percibido un cinco por ciento de incremento en nuestros salarios».
«Un cinco por ciento en un cuadro de una devaluación de la moneda del 50 por ciento, de una inflación que ya supera este año el 30 por ciento de acuerdo con el propio Banco Central, de aumentos siderales en los servicios de luz, gas y agua, de tarifazos en el transporte. Después del acuerdo Macri-FMI, pretenden que seamos las y los docentes, como el conjunto de los trabajadores, la variable del brutal ajuste», agregan.
«En estos días se ha publicado la letra chica del pacto con el FMI que profundiza una política de ataque contra los sectores populares y nuestros derechos. Propone que para el 2019 el salario se incremente solo un ocho por ciento. Congelamiento y reducción de la planta de empleo público. Fin de los convenios con las universidades de los cuales dependen 6000 trabajadores. Se trata, como lo hemos denunciado desde principio de año, de un plan de guerra contra los trabajadores y el pueblo».
«Para que se advierta claramente nuestro deterioro salarial: el cargo testigo de la docencia universitaria (ayudante de primera con dedicación semiexclusiva) percibe un salario de $12.000. El salario de un ayudante simple es de $6000. Y eso cuando cobra y no es ad honorem, como los miles y miles que trabajan gratuitamente en toda la UBA y en todas las universidades. Frente a estos salarios, la línea de indigencia y de pobreza, calculadas por el Indec oficial, es de $12.000 y de $20.000 respectivamente. Es decir, que la mayoría de los docentes pre y universitarios trabajan, dictan clases, preparan y corrigen parciales, desarrollan tareas de investigación y extensión, por salarios testigo que ya están igualando la línea de indigencia y muy por debajo de la línea de pobreza. Un atropello».
«A esto debemos agregar la gravísima situación presupuestaria de las universidades nacionales. A un presupuesto totalmente insuficiente, el Gobierno aplicó un recorte de 4000 millones de pesos a la fecha, recorte que denunciamos desde el principio solo la AGD y la Conadu Histórica. Ahora, hasta los rectores, que convalidaron sin chistar ese presupuesto de ajuste, empiezan a levantar la voz para denunciar que las partidas prometidas no llegan y que la asfixia financiera hace peligrar la continuidad del ciclo lectivo, demostrándose que es imposible iniciar normalmente el segundo cuatrimestre. Con todo, Ministerio y Rectores, los que nos ajustan y lo convalidaron, vuelven a reunirse para enviarnos intimaciones por supuestas incompatibilidades, un atropello que también rechazamos y denunciamos en un cuadro de depreciación diaria de nuestros salarios».
Un plan de lucha para conquistar el salario y nuestros derechos
La Conadu Histórica y la AGD «llevamos adelante 19 días de paros, movilizaciones al ministerio de Educación y a Plaza de Mayo, jornadas de decenas y decenas de clases públicas, paros sin concurrencia, petitorios. Es decir, desplegamos un enorme plan de lucha para quebrar la política salarial del Gobierno y los rectores. En la UBA tuvo una muy grande repercusión en prácticamente todas las facultades y en los colegios preuniversitarios. Los paros y las acciones resueltas recogieron la bronca e indignación de la docencia universitaria frente a la política del Gobierno. Pero no alcanzaron para derrotarla todavía. Las burocracias sindicales docentes, no docentes y estudiantiles se han negado a plantear la huelga general universitaria por el salario y el presupuesto. Lo mismo cabe para las centrales sindicales a quienes les planteamos la necesidad de un paro de 36 horas y un plan de lucha nacional y no que se postren frente a Cristine Lagarde ni en video conferencia ni en persona. Estos son los mayores obstáculos que enfrentamos para defender una universidad estatal, laica, gratuita y científica, nuestros salarios y el Convenio Colectivo de Trabajo».
Sobre esta evaluación, la asamblea de AGD y el Congreso de Conadu Histórica «llaman a los 190 mil docentes pre y universitarios al no iniciar el segundo cuatrimestre, cesando todas las actividades de docencia, evaluación, investigación, extensión y administrativa. Otros sindicatos docentes universitarios han planteado el paro de una semana o de 48 hs desde el mismo 6 de agosto como hemos propuesto nosotros, demostrando el hartazgo y la indignación existente entre los trabajadores a pesar de sus direcciones burocráticas».
«Los convocamos a movilizarse en asambleas los días previos y posteriores al 6 de agosto para garantizar desde Jujuy a Tierra del Fuego y en toda la UBA, un no inicio que paralice todas nuestras actividades hasta que el Gobierno dé respuesta a nuestro reclamo de un aumento salarial del 30 por ciento, de indexación salarial, de salario para los docentes ad honorem, de aplicación inmediata del Convenio Colectivo de Trabajo», dice la carta de la Asociación.