El juez decidió rechazar ambas pretensiones por considerar que fuerton presentadas fuera de tiempo. En ámbitos tribunalicios se especulaba que la defensa recurrirá en queja a la Cámara de Gualeguay que actúa como Tribunal Superior.
El juez de Garantías N° 1 de Gualeguaychú, Mario Figueroa, rechazó por ex contemporánea la recusación que planteó el martes la defensa Nahir Galarza, la joven de 19 años que está imputada por el homicidio de su novio Fernando Pastorizzo.
El equipo de abogados de la defensa integrado por José Ostolaza, Horacio Dargainz, Darío Germanier y Pablo Sotelo, habían solicitado el martes que el magistrado como el fiscal Sergio Rondoni Caffa sean apartados del caso que se inició pocas horas después del homicidio registrado en la madrugada del 29 de diciembre del año pasado.
Los abogados intentaron sostener que ambos tenían «falta de objetividad» e «imparcialidad» en el expediente e incluso acusaron a Rondoni Caffa de ejercer «arbitrariedades» durante el proceso de investigación, etapa que llegó a su fin el lunes pasado, cuando desde la fiscalía se solicitó elevación a juicio oral y público de la causa dando por finalizada la etapa de la Investigación Penal Preparatoria (IPP).
Nahir Galarza está imputada del delito de «homicidio doblemente agravado por el uso de armas y la relación de pareja», que contempla la pena de prisión perpetua, además la querella le podría sumar el agravante de la alevosía.
La recusación para el juez Figueroa como para el fiscal Rondoni Caffa había sido presentada el martes por mesa de entrada en el Juzgado de Garantías y el propio Figueroa ayer decidió rechazar ambas pretensiones por ex contemporáneas. En ámbitos tribunalicios se especulaba que la defensa recurrirá en queja a la Cámara de Gualeguay que actúa como Tribunal Superior.
El homicidio a Fernando Pastorizzo fue cometido en la madrugada del 29 de diciembre del año pasado, donde la víctima fue encontrado en la calle con un tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.
La joven estudiante de abogacía declaró en tres oportunidades, dos el día del crimen, la primera vez fue como testigo a pocas horas de que se encontrara el cuerpo de su ex con dos disparos; la segunda, 12 horas después, donde se quebró, reconoció el crimen y luego debió ser alojada en el ala de Salud Mental del hospital Centenario por una crisis de nervios.
Fue en esa segunda declaración que quedaron preguntas sin hacerse por el estado emocional de la imputada.
La tercera vez fue el 16 de enero donde declaró ante el fiscal por casi tres horas y expresó que los dos disparos fueron accidentales.
«Fue un accidente, no supe qué hacer, me pudieron los nervios. Nunca en mi vida se me cruzó en la cabeza que podía matar a una persona, ni siquiera por todo el mal trato que me hizo», declaró ante el fiscal. Y pidió aclarar lo siguiente: «En la anterior declaración que hice, que lo que dije lo hice porque no quería que lo culpen a mi papá, porque era su arma. Yo no quería que él tuviera problemas y no le había contado a mi papá lo que había pasado. No sabía qué decir, no sabía qué hacer. Entonces dije lo que dije. Ese día todos defendían a Fernando? y yo si contaba eso nadie me iba a creer», declaró ante el fiscal.
«Ahora estoy más tranquila y pude reconstruir lo que me pasó y ahora tengo la culpa de por qué agarré el arma o por qué no la tiré. No quería que pasara eso. Para mí fue un accidente, no supe actuar porque me ganaron los nervios, nada más», declaró Nahir.
Y aseguró que nunca supo del resultado fatal, hasta que la madre de Fernando la llamó por teléfono ese 29 de diciembre a las 7:30 y ahí reaccionó sobre lo ocurrido.
Pero según la investigación que llevó adelante el fiscal Rondoni Caffa, los hechos ocurrieron de otra manera y por eso la imputó por el delito de homicidio doblemente agravado por el uso de armas y la relación de pareja y esa perspectiva es coincidente con el caso que lleva adelante la querella a través del abogado Rubén Virué, quien adelantó que le sumará la figura de la alevosía, es decir, «una circunstancia agravante de la responsabilidad criminal cuando se lleva adelante un delito a traición y sobre seguro. Se trata de un homicidio que se comete aprovechando la indefensión de la víctima, que permiten dar una muerte segura sin riesgos para el autor», tal como lo referenció el abogado de la mamá de la víctima.