El sujeto está condenado a siete años y dos meses de prisión. Admiten que crece el ingenio de las visitas para ingresar teléfonos a las Unidades Penales. En lo que va de 2017, incautaron 337 celulares en las cárceles de Entre Ríos.
La posesión de un celular en manos de un preso volvió a estar en el centro de la polémica con la foto de Sebastián Wagner, el confeso violador y asesino de Micaela García. Lo acompañaba en la selfie otro abusador sexual, Erwin Osmar Gómez, de 29 años, condenado a siete años y dos meses de prisión.
Muchos internos se arriesgan a tener un teléfono o un chip pese a que pueden pasar varios días sancionados en un calabozo si se los encuentran en una requisa.
A su vez, crece el ingenio de las visitas para ingresar un aparato a una unidad penal para estar comunicados con su familiar. Por ejemplo, en la cárcel de Federal, donde está alojado Wagner, hace poco detectaron un celular dentro de un jabón blanco para ropa: con un trabajo artesanal, habían hecho un hueco en el jabón, metieron el teléfono y lo cerraron. Fue percibido solo porque un penitenciario advirtió un movimiento extraño dentro del jabón cuando lo agarró. Cosas similares se observan en los intentos de ingreso de drogas.
El director del Servicio penitenciario de Entre Ríos (SPER), José Luis Mondragón, dijo que luego de que el año pasado se registrara una oleada de ingreso de celulares, se intensificaron los controles, se implementaron medidas más estrictas y hubo resultados.
Hace unos cuatro años se instalaron en las unidades penales de la provincia inhibidores de señal de celulares, pero «la tecnología avanza y también el rango de frecuencia que hay que inhibir», explicó Mondragón, y agregó: «Estamos pensando en algo más contundente, pero serían inversiones muy grandes». De todos modos, considera que las requisas deben ser el principal método de control.
La tenencia de celulares por parte de internos ha dado lugar a causas penales: por un lado, en la Justicia Federal permitieron escuchas telefónicas que sustanciaron pruebas contundentes contra personas detenidas que desde sus celdas manejaban organizaciones dedicadas al narcotráfico. También en la Justicia provincial se originó una causa por Asociación ilícita dirigida desde la cárcel de Paraná. A su vez, hubo casos de violentos que aún en el encierro amenazaban a sus víctimas a través de llamadas o mensajes de texto, sobre todo en causas por violencia de género.
En lo que va de 2017, en las nueve unidades penales de la provincia el Servicio Penitenciario ha secuestrado 337 celulares, tanto en las requisas a los pabellones y lugares de alojamiento de internos como en poder de las visitas. Se estima que algo más de la mitad de los mismos han estado en manos de presos. A esta cifra habría que sumarles los aparatos incautados en allanamientos realizados por la Policía Federal y la de Entre Ríos en el marco de distintas causas.
Unos 70 fueron hallados en la Unidad Penal N° 1 de Paraná y un poco más en la N° 7 de Gualeguay, lo que llama la atención ya que ésta tiene menos internos. En la que menos celulares se han hallado es en la cárcel de mujeres ubicada en la capital provincial, publica Diario Uno.
Acerca de la foto de Wagner, se investiga de qué modo llegó a Facebook. Como no se observa el nombre de la cuenta desde la cual se subió, sospechan que fue una selfie que los violadores enviaron a un conocido, quien la publicó y alguien que la vio hizo la captura y la viralizó. Fuente El Once