Las tiendas ya se prepararon con distintos materiales para quienes confeccionen sus trajes. En los negocios del rubro contaron que los jóvenes eligen vestimentas de personajes de moda. Mientras que los mayores, atuendos abrigados.
Si bien ha comenzado a ser tradicional una fecha asignada todos los años para la Fiesta de Disfraces, la señal de que han comenzado los preparativos de quienes asistirán la marca el día en que se habilitan la venta de entradas, que fue este lunes. Así, es que muchos han comenzado a ultimar detalles del atuendo que lucirán. Y esto se advierte entre quienes se mueven en el rubro de ventas de artículos relacionados, diseñadores especializados y los que se dan maña para el traje. Porque lo que se antepone es contar con tiempo, algo de dinero e imaginación para poder lucirse en la fiesta.
Se consultó a algunos negocios vinculados al alquiler de trajes, de elementos para su confección y de accesorios.
En una tradicional casa de disfraces sobre calle Racedo, María José comentó que en general el costo del alquiler depende de cada modelo. Hoy el precio oscila entre los $50 a $100 la noche.
Es usual que el costo se incremente a medida que se acerca la fecha de la cita, durante los días previos, cuando la demanda de disfraces y accesorios es más fuerte, por eso de este negocio se propuso una medida interesante. «Estaría bueno uniformar una tarifa, que se haga una alianza entre los comerciantes del rubro para poner los precios y tener una tarifa acordada. Trabajar con la gente de las entradas y formar como un gremio. No sé es, una idea que se me ocurre», dijo María José.
La encargada comentó que este año ampliaron el rubro en lo concerniente a accesorios, esto es: cotillón, guantes, maquillaje, máscaras, pelucas, medias y lencería.
«Acá agrandamos la oferta, pero son productos que se venden, porque corren más riesgo de perderse. Entonces, nosotros alquilamos las prendas básicas y a los accesorios los vendemos y esto sí ha sufrido un incremento más notable en su precio», admitió.
Sin embargo, María José observó que la mayoría de los clientes son cumplidores y devuelven los trajes en buenas condiciones. También que el año pasado hicieron una considerable renovación de sotck. «Ojalá este año tengamos que repetirla», anhela.
Los jóvenes y los adultos se diferencian en sus hábitos y preferencias. Mientras que a esta altura de la soirée los mayores ya tienen decidido, confeccionado o alquilado su disfraz, los jóvenes siguen eligiendo, mirando, dudando.
En éste último rango etáreo, se eligen trajes de superhéroes y vestidos cortos. Los mayores, en cambio, eligen prendas más abrigadas en telas de peluche o lycra, se detalló.
Fidelidad. Hay que tener en cuenta que la fecha de la Fiesta de Disfraces coincide con la conmemoración de la muerte del General San Martín, por lo que también hay gran demanda de disfraces escolares, que para esta casa consultada son la prioridad.
«Gracias a Dios nos fue bien también para el 9 de Julio. Cuando las fechas se juntan, le damos prioridad a los escolares porque son los clientes con los que trabajamos todo el año. En cambio, fiestas de esta magnitud hay una sola al año, ya que hay eventos privados, pero son más aislados».
Fuera de bulevares, en calle Churruarín, un cotillón también se suma a la movida de la Fiesta de Disfraces.
Allí, Gonzalo afirmó que la gente espera hasta último momento para elegir su disfraz, cuyos precios este año no se han mantenido ajenos a la inflación.
En este negocio se puede comprar o alquilar un disfraz.
En cuanto a los precios, fluctúan porque hay mucho material importando y no hay reposición: «Lo que no es nacional, es chino», aseguró.
El público que se acerca a calle Churruarín es primordialmente juvenil y las modas y predilecciones van variando con los años, aunque siempre hay algunos clásicos que se mantienen.
En cuanto a la demanda con respecto a años anteriores, según Gonzalo se mantiene estable, aunque a medida que se agranda el predio de la fiesta, va creciendo el cupo de asistentes.