Argentina está frente a un nuevo partido definitivo. En menos de un año el seleccionado albiceleste disputa su segunda final importante, esperando quebrar la racha sin títulos. El equipo de Martino buscará sumar la decimoquinta Copa América.
Argentina está frente a un nuevo partido definitivo. En menos de un año el seleccionado albiceleste disputa su segunda final importante, esperando quebrar la racha sin títulos. El equipo de Martino buscará sumar la decimoquinta Copa América.
Las cuentas son claras: Argentina lleva 22 años sin salir campeón y está ante una nueva oportunidad de quebrar esa racha. Desde aquella Copa América disputada en Ecuador que el seleccionado albiceleste no suma un título en la extensa vitrina, que acumula una cantidad envidiable de trofeos.
Del otro lado, Chile, un rival que jamás ha festejado un torneo en sus más de 100 años de existencia y que esta vez se encuentra ante una posibilidad de esas que aparecen de vez en cuando, mas aun siendo local.
La última vez que los trasandinos estuvieron presentes en una final fue en Buenos Aires, en la edición de 1987, donde brillaban las figuras de Fernando Astengo, Ivo Basay, Jaime Pizarro y Juan Carlos Letelier, entre otros.
Chile, luego de ganar de manera categórica su grupo, goleando incluso 4 a 0 a Brasil en Córdoba, accedió a su segunda final en la historia ante Uruguay, conjunto que por reglamento ingresaba en semifinales para defender su corona de campeón.
Los charrúas fueron los que sacaron de la competencia a la Argentina campeona del Mundo y con Diego Maradona en la cancha, y también derrotaron a la Roja, ambos partidos por la mínima diferencia.
Esta fue la última vez que el campeón ingresaba directamente a semifinales, ya que desde allí en más se modificó el reglamento que también se aplicaba en Copa Libertadores y que había facilitado una gran cantidad de títulos a equipos que salían campeones e ingresaban al año siguiente a instancias definitorias.
Una de las tres ediciones “sin sede” (1975, 1979 y 1983) tuvo a Chile como protagonista y a un gol del título. Fue en Buenos Aires, donde jugaba su desempate contra Paraguay, que que otro extraño reglamento de la CONMEBOL les daba la oportunidad a los chilenos de jugar un tercer partido, pese a que los guaraníes habían ganado la ida por 3 a 0 y ellos apenas 1 a 0 en Santiago.
Especial por donde se lo mirara, la Copa de 1979 debía definirse con un tercer partido, donde en caso de empate se jugaría una prolongación de 30 minutos y de persistir la igualdad, el equipo que tuviera mayor cantidad de goles a favor se consagraría campeón. Pese a buscar de manera constante durante los 120 minutos, los chilenos no pudieron doblegar a la defensa paraguaya y los guaraníes terminaron festejando por aquella goleada en Asunción.
Desde su creación en 1916, y hasta 1967, la competencia se denominaba Campeonato Sudamericano y su forma de disputa era una liga, donde jugaban todos contra todos. En esas ediciones Argentina sumó su mayor cantidad de títulos (12, hasta 1959) y en la edición de 1955, también disputada en Chile, se encontró en una definición mano a mano con quien será su próximo rival.
Argentina y Chile llegaban a la última fecha con la misma cantidad de puntos, lo que generó una improvisada final, la primera para la historia del fútbol chileno, donde la albiceleste se impuso por 1 a 0 con gol de Rodolfo Micheli, conquistando así la décima Copa para sus vitrinas.
El público local sufrió muchísimo aquella tarde del 30 de marzo, ya que además de la derrota, una tragedia que se produjo antes de comenzar el encuentro, tiñó de rojo sangre la competencia. Ocho espectadores murieron y más de 300 sufrieron heridas de diversas consideraciones. La demora en la apertura de las puertas del estadio provocó un conglomerado de gente, generando las consecuentes avalanchas humanas que desataron la masacre.
Argentina, a lo suyo
A diferencia del conjunto trasandino, Argentina tiene una extensa trayectoria en finales de todo tipo. Si bien de las 14 Copas Américas ganadas sólo una fue por medio de una final (la última obtenida, en 1993). Justamente en aquella edición la CONMEBOL aplicó el formato que se utiliza actualmente: será la novena final consecutiva (duodécima contando las ediciones sin sede), que tendrá el Sudamericano.
Con este formato Argentina disputará su cuarta final, lo que parece poco con el abultado historial, pero que marca la realidad de las últimas dos décadas de la selección, en las cuales perdió 4 partidos definitorios por títulos de primera clase: Copas América de 2004 y 2007; Copa de las Confederaciones (las 3 finales ante Brasil) y la aún fresca derrota ante Alemania, en Brasil 2014.
En competencias oficiales -Copas mundiales y Copas americanas- la selección albiceleste suma un total de 19 títulos, con sólo 13 finales disputadas entre 1928 y 2014, de las cuales ganó apenas 5, un número que alarma por la baja efectividad.
La diferencia futbolística entre Argentina y Chile existe, es histórica y pareciera que perdurará en la en tiempo. El conjunto rojo está frente a una oportunidad que se le dio pocas veces para intentar conquistar su primer título. Argentina va por el número 20, también obligada a ganar por historia y necesidad.
Pero si hay un dato que hace que la superioridad argentina sea apabullante, es el que marca el historial entre ambos equipos en la competencia, donde disputaron 24 partidos, Argentina ganó 19 y 5 terminaron en empates: Chile jamás le ganó a Argentina por Copa América. Con todos estos condimentos, el espectáculo está garantizado.
Fuente: Télam