En un escenario político convencional donde las promesas hechas son muchas veces irrealizables, surge un nuevo partido, Alternativa, que riza el rizo al ponerse «como meta principal la conquista de Marte»; mientras eso llega, en la Tierra defenderá el secesionismo y la justicia social. Y se ha puesto Marte como compromiso «épico» simplemente por un sentido práctico de la política, explica Carlos García, el portavoz de esta nueva formación que se inscribirá esta semana en el registro de partidos, quien argumenta que se trata de un «espacio» en el que no entrará ninguno de los nuevos partidos, ni Podemos ni Ciudadanos.

«Nos hemos buscado un hueco sin competidores», dice García, seguro de que esta nueva propuesta que quiere saltar al ruedo electoral enganchará con un perfil de votante «joven y urbano», interesado en la ciencia y en el futuro tecnológico. Reconoce que no es un partido convencional y que no encuentra acomodo en ninguna de las etiquetas actuales: «ni conservadurismo, ni comunismo, ni anarquismo, ni socialismo. En todo caso si algo nos define es el «espacialismo». Es decir, aclara, «el inesquivable espíritu de conquista, y en este caso la de Marte como espíritu colectivo».

Afirma que «no están locos ni solos» y que hay mucha gente que se ha interesado por este proyecto que lleva gestándose un par de años promovido por personas vinculadas a profesiones liberales y politólogos. Detrás de esta iniciativa no aparece ninguna cara conocida, aunque hay un militante de ERC, Juan Carlos Martínez, asegura el portavoz. Quizá de ahí le venga a Alternativa, cuya sede social está en Barcelona, su posicionamiento independentista y la apuesta por el referéndum en Cataluña, donde precisamente pretenden hacer su debut electoral al creer que habrá elecciones autonómicas en pocos meses.

Otra de las cosas que les identifica es la defensa de estructurar la sociedad en Ciudades Estado, como en la Grecia clásica o Singapur, ya en la actualidad, al entender que se puede prestar de manera «más eficiente» las necesidades del individuo. Se salen también de lo convencional cuando piden «remuneración cero» para los políticos por considerar que el trabajo de gestión que desempeñan puede ser «perfectamente» ejercido como una tarea de voluntariado.

En su programa defienden de forma «radical» el fin de la era del empleo, entendido «como un trabajo estable, y para toda la vida», algo que ya pesa sobre el mundo laboral, argumenta García, quien sostiene que en diez o quince años el cincuenta por ciento del trabajo manual lo harán las máquinas. Pero también están comprometidos con otras cuestiones más clásicas, explica Carlos García, que tienen que ver con la economía sostenible combatir la pobreza y la desigualdad, la transparencia de las Instituciones y la lucha contra la corrupción.

Objetivos con los que Alternativa quiere transformar la sociedad para girar hacia otro modelo asentado en la ciencia, la cultura, el deporte y la política, sin perder de vista su gran meta, a corto plazo, que es conquistar Marte, recalca el portavoz. Una empresa de la envergadura del Descubrimiento de América, afirma, recordando la locura que fue en su momento y que ahora está impresa en los libros de historia.