Seis años después de que la Corte Internacional de La Haya exigiera a la difusión de un monitoreo conjunto de impacto ambiental, se conoció el informe que revela «desbalance ambiental y contaminación leve» en ambas márgenes del río Uruguay.
Seis años después de que la Corte Internacional de La Haya exigiera a la Argentina y Uruguay la difusión de un monitoreo conjunto de impacto ambiental por el conflicto de la pastera UPM (ex Botnia) de Fray Bentos, hoy se dará a conocer el informe que revela un «desbalance ambiental» y una «contaminación leve» en ambas márgenes del río Uruguay.
Según fuentes de las diplomacias de Uruguay y de la Argentina, el informe de monitoreo se dará a conocer esta tarde y revela por primera vez desde que lo reclamó Buenos Aires que hay una contaminación en el río fronterizo. Pero del documento elaborado por un laboratorio binacional de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) se desprende que el nivel de contaminación en el agua no se debe sólo a los efluentes de la pastera UPM, sino también a los desechos encontrados en la desembocadura del río Gualeguaychú. En este caso, el informe de monitoreo revelará que la contaminación es leve y que podrá ser corregida en el futuro inmediato. Según se supo, el nivel de contaminación no resultaría peligroso para la salud de los habitantes aledaños al río internacional.
Según se desprende del informe, «los efluentes obedecen a las condiciones de concentración, a excepción de eventos puntuales de superación del fósforo total». Esto significa que hay niveles de saturación del agua que no son los normales.
La realización de este informe se basó en un monitoreo científico binacional efectuado sobre 50 muestras de los efluentes de la pastera UPM, 50 registros de la desembocadura del río Gualeguaychú y 32 ingresos en el área de influencia en el río Uruguay. Estas muestras se tomaron entre junio de 2011 y julio de 2015. Pero por las diferencias políticas que el gobierno de Cristina Kirchner y José Mujica mantenían nunca se habían hecho públicos.
«Hay un reconocimiento de una leve contaminación de ambos márgenes del río Uruguay que no corresponden sólo a la pastera Botnia y que también se registran del lado argentino. Lo importante ahora es trabajar para reducir esos niveles de contaminación en todos lados», expresó a La Nación un funcionario del gobierno argentino.
Desde Montevideo, fuentes diplomáticas aclararon que los niveles de contaminación «son bajos» y «claramente posibles de ser corregidos».
A la vez, tanto en Buenos Aires como en Montevideo aclararon que «no hay peligro alguno» de una contaminación que ponga en riesgo la vida de las personas. «Las aguas del río no son las de una botella de agua mineral. Pero esto no ocurre por la planta de Botnia, sino porque todo el río está con niveles de saturación de fósforo propios de un lugar que recibe desechos de todos lados», justificó ayer un encumbrado funcionario de la Casa Rosada.