Fue a la casa y la abuela de 84 años salió con su bastón llorando. Allí supo que el dinero era producto de un préstamo que había solicitado para la compra de un medicamento para su hija que está atravesando una grave enfermedad.
Fernando Mengual tiene 18 años, reparte pizzas en la localidad de Larroque y los fines de semana es juez de línea algunos partidos de fútbol, por lo que está buscando un trabajo para ayudar a su mamá.
El joven encontró en el medio de la plaza de Larroque un bolso con 50 mil pesos y no dudó en devolvérselo a su propietaria, una abuela de 84 años.
Doble satisfacción fue cuando se enteró que ese dinero era producto de un préstamo que había solicitado para la compra de un medicamento para su hija que está atravesando una grave enfermedad.
En diálogo con el sitio digital Surer, Fernando dijo que al salir de la pizzería donde cumple funciones de delivery cruzó la plaza principal y en un banco encontró un bolso. Cuando lo abrió encontró 50 mil pesos y el documento de identidad de una persona mayor. «Cuando miré la foto del DNI se me cruzó en mi mente a mi abuela y decidí llevárselo a su casa», explicó.
Consultado sobre la reacción de la abuela, Fernando dijo que «salió con su bastón llorando. Me dijo que el dinero era de un préstamo que había sacado para comprar un medicamento para su hija que está muy enferma. Me hizo pasar, me preparó un té con miel y unas galletitas».
«La abuela se puso muy nerviosa, se le bajó la presión, porque consideraba que el dinero ya estaba perdido. Me contó que tiene una hija con un problema serio de salud y que la plata era para la compra de un medicamento. No le pedí nada a cambio, solo me traje su sonrisa y su té con miel» añadió.
Fernando reconoció que el dinero lo hubiese ayudado con la deuda que tiene con su mamá. «Vivimos en una casa humilde, pero decidí seguir luchándola» sostuvo. Y agregó «estoy muy tranquilo, estoy con la conciencia tranquila de haber hecho lo que correspondía. Vivo en una casa humilde, pero la abuela también».
Interrogado acerca de su pensó en quedarte con el dinero, contestó «si no hubiese estado el documento de identidad me lo hubiese quedado, porque no puedo salir por la radio buscando el propietario. Cuando vi el documento tuve en mente a mi abuela que vive en Alberti y decidí llevárselo. Vengo de una familia humilde, prefiero seguir siendo humilde y devolver el dinero a quien le corresponde», concluyó.