Desde el área de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Gualeguay, difundieron una nota donde docentes de jardines municipales comparten las experiencias que viven a diario en las salitas junto a sus niños.
Alejandra es “Auxiliar en Jardín”, desde hace 24 años trabaja en los Jardines municipales. Sole, es Docente de Nivel Inicial y ha recorrido como Alejandra varios barrios con su profesión. Hoy la vida las junta en el Hipódromo. Antes ya habían compartido experiencias con los jardineritos.
La mayoría de los pequeños aprendieron a caminar con ellas, a pronunciar las primeras palabras, a hacer los primeros garabatos, y muchas experiencias que en esta nota nos cuentan.
Rodeadas de ojitos expectantes, que las miran y admiran. De manitos pequeñas que le piden que los alcen, de piecitos que las sigue a todas partes, esas “pequeñas grandes” cosas distinguen a una docente jardinera.
Alejandra González, en Diciembre de 1991, empezó a trabajar en una Guardería Municipal, que por aquel entonces llevaban esa denominación, porque aún no estaban implementados los Jardines Maternales Municipales.
“Estaba el Dr. Campañá como Intendente” así empezaba la Seño Ale su larga carrera llena de satisfacciones: “Por intermedio de una tía que estaba trabajando en el Comedor del Barrio 25 de Mayo, quien me avisó que necesitaban niñera en los Comedores. Hablé con quién estaba en ese entonces de Directora la Sra. Edelma Navarro. Me preguntó dónde vivía, y en ese entonces vivía en el Barrio Pancho Ramírez, frente al Salón Comunitario. Me propuso ´antes de irte al Barrio 25 que es más lejos, podes empezar en el Pancho Ramírez, te cruzas frente a tu casa y estás más cerca” recuerda con nostalgia Alejandra, que en aquel momento tenía 19 años.
Empezó a trabajar con una cantidad de 80 chicos. Recuerda como si lo estuviese volviendo a vivir: “Desde que cortaban el ombliguito. Las mamás ya los llevaban porque tenían que trabajar. Tenía 8 bebés en cunas más los que iban al Comedor. Se trabajaba de lunes a sábados de 7 a 13 hs. Había tres cunas para todos los chicos. Poníamos de 2 a 3 chicos por cuna, y los que no caminaban también. La mayoría aprendieron a caminar ahí conmigo. Estar en una guardería con chicos no es lo mismo que estar en un Jardín”, aclara.
– Alejandra, han pasado varias generaciones a quienes has cuidado, contenido y enseñado ¿seguís teniendo contacto con algunos de esos chicos?
-“Hasta el día de hoy. Algunos ya son papás, me ven por la calle y me gritan seño Ale!. Me ha tocado que esos chicos ya son padres o madres y los tengo nuevamente mandando sus nenes al jardín. Entonces para mí es una gratificación muy grande”.
En el “Pancho Ramírez” esta docente estuvo trabajando 14 años. Después pidió el cambio porque “el barrio ya se había acostumbrado” a ella y quería experimentar otros lugares, ver la realidad en otros barrios. “En ese entonces estaba Silvina Godoy como Coordinadora de Jardines, y como Director de Acción Social Eduardo Della Giustina, quienes me llamaron. Para mí era algo nuevo”. En sus recuerdos, las palabras de Eduardo siguen resonando después de 20 años, como si fuera hoy: “El me convenció con textuales palabras: yo confió más en vos porque tenes más experiencia. Vas a estar con una docente. Las guarderías se van a cerrar y van a implementarse los jardines. Y ahí cedi”–dijo.
Soledad Vanzella empezó en los Jardines Municipales en el 2009, con una suplencia por una semana en el Jardín del B° Pancho Ramírez, y también reflexiona: “Mi compañera, me dijo ´mira que necesitan una chica estudiante de jardinera en la municipalidad, preséntate. En ese momento, no estaba recibida, estaba estudiando para maestra jardinera. Traje el currículum. Estaba nerviosa, más allá de que había tenido experiencia porque me tocó trabajar en una escuela por el Profesorado”.
Cuando la llamaron para ocupar este puesto, le dijeron: “A la tarde te presentas en el Jardín del Pancho Ramírez. Me fui a mi casa –recuerda textualmente Sole– me puse el delantal que tenía del profesorado, agarre mi mochila y marché…” asiente.
A pocos metros del “Pimpollitos” del Pancho, se encuentra ubicado el “Estrellitas” de B° Norte. La docente de aquel entonces en ese jardincito del Centro Luján era Ana Bogue jardinera de mucha trayectoria. Debido a la gran concurrencia de niños, se necesitaba una docente más. Así es como fue convocada Soledad donde trabajó allí como ayudante hasta el año 2010, quedando luego a cargo del Jardín, ya que la docente titular no pudo continuar por problemas de salud.
Así arrancó Soledad hasta el año 2015 con una responsabilidad más grande luego. Tanto de éste como de las suplencias en otros, tiene hermosos recuerdos.
Una premisa en común de cada jardín es que los padres son muy colaborativos “a veces, colaboraron de más” -acota Sole- acá en Caballo Pancho yo no conocía al barrio, mi compañera, Ale sí. Es todo nuevo para mí, barrio nuevo, jardín nuevo. Pero son muy predispuestos”.
Todos los barrios tienen su particularidad, aclaran las docentes. Pero también “va en cada uno, como seño que somos –explica Soledad- como responsables del jardín que estamos a cargo tenes que llevarte bien con los papás, estar predispuesta”.
Alejandra pasa lista como la asistencia de los lugares de su recorrido, donde han pasado innumerables recuerdos, nombres, y testimonios: Jardín de Santa Rafaela, que cerró hace unos años. Después B° Pompeya. 5 cinco años en el Jardín del Hipódromo, con Haydee Castillo que hoy es la actual Coordinadora de los Jardines Municipales. Una suplencia en San Cayetano. 2 años en el de Islas Malvinas; y actualmente “de vuelta” en el “Caballo Pancho”, pero aclara- “en un renovado lugar que si bien en el otro donde estábamos teníamos todos los días visitantes de todo tipo, murciélagos, víboras, ratas, caballos”, comenta como algo simpático pero a la vez preocupante. Esta realidad hoy ha cambiado.
Este año se hizo rotación de docentes jardineras, propuesta de la Coordinación de Jardines Maternales Municipales, donde planteó a Soledad dar clases en el Jardín “Caballo Pancho” del Barrio Hipódromo. También bajo la coordinación de la Profesora Haydée Castillo se plantean capacitaciones para todo el equipo de docentes; también se contactan con psicólogas o con el profesional que corresponda, según el caso que se tengan en el Jardín. Se proyectan múltiples proyectos educativos y recreativos, se festejan todas las efemérides y los cumpleañitos de cada pequeño; se trabaja interdisciplinariamente con las demás Secretarías; y se plantean salidas a espacios y organismos públicos.
Educar desde esta mirada en un mundo complejo como el actual
Cambian los tiempos y cambian las estrategias de enseñanza, pero se sigue teniendo el mismo sentido de pertenencia al lugar, al barrio, al jardín. En este sentido, las seños manifiestan:
“Si bien los tiempos han cambiado mucho, en algunos casos la tecnología ha cambiado mucho a los chicos. Desde que yo estoy dando en los jardines se nota la diferencia. Antes a un chico lo retabas y le decías bueno anda a sentarte cinco minutos a pensar y el chico se quedaba. Hoy te das vuelta y el chico no está más en la silla, y te contesta o te dice ´vos no sos mi mamá para que me retes´. Nenes de 3 años, que a veces te salen con una pregunta que nosotras nos miramos y no sabemos cómo contestarle, uno a veces no tiene la respuesta para contestarle” (Alejandra).
Por su parte, la Seño Sole, expone: “Las cuestiones de la casa influyen mucho en el jardín, y uno se da cuenta de las conductas que el nene trae desde la casa, porque hay algo malo que está pasando. Por ahí los nenes tienen papás separados, hermanitos de otras relaciones de mamá o papá, por ahí tienen problemas de comunicación los papás”.
En esta entrevista, la Seño Ale destaca que fue siempre una persona que no le gusta ganarse algo que no le pertenecía, de darles lugar a sus compañeras. En este sentido, agradece finalmente a cada una de sus compañeras que han compartido con ellas la tarea de contener y educar a los niños. “De cada una de ellas he aprendido mucho. Me interiorizo cada vez más. Me gusta estar pendiente del jardín y trato siempre de llevarme bien con mis compañeras y con los papás”.
Principalmente brindar cariño
Se dice que el jardín es un espacio donde acompaña a los pequeños en la inserción en el mundo, creando espacios de seguridad. Se trabaja desde el respecto, desde la inclusión, desde la vocación y el cariño, principalmente.
“El otro día un nene estaba mirando tele, se levantó, vino corriendo me abrazo y me dice: -seño te amo, y a la seño Sole también. Eso es seña de que uno está haciendo bien las cosas, eso te motiva”. (Alejandra González).
-Sec. de Desarrollo Humano-
