Massalin Particulares redujo $ 2 por atado. Busca recuperar la caída de 50% que sufrió el mercado en menos de dos semanas tras el aumento más fuerte de los últimos 20 años. Los nuevos precios.
A tan sólo 10 días de haber aplicado el aumento más fuerte de los últimos 20 años y que llegó al 60%, las tabacaleras debieron dar marcha atrás en parte con la suba en los precios de los cigarrillos debido al fuerte impacto que los nuevos valores de los atados tuvieron en el consumo de cigarrillos. Con un derrumbe en las ventas de casi el 50%, Massalin Particulares picó en punta y aplicó desde ayer una baja de $ 2 en los costos de sus marcas.
Lo hizo después de haber subido fuerte sus precios el 3 de mayo como derivación de una mayor presión fiscal por parte del Estado a las empresas fabricantes que llevó el componente impositivo del sector del 65% al 80%.
La medida, pensada por el Gobierno como una manera de recaudar más y distribuir ese excedente entre las provincias productora generó el efecto contrario y derrumbó literalmente el consumo.
Por eso, ahora la compañía decidió los nuevos precios. Como el del Marlboro Box, que pasó de $ 45 a $ 43. Lo mismo con Philips Morris Box, que bajó de los $ 42 a $ 40. En el caso del Benson & Hedges, el más caro, la empresa redujo su precio de $ 50 que tenía tras el aumento, a $ 48. Lo mismo hizo con el Parliament, que pasó a costar $ 48.
Fuentes empresarias confirmaron a El Cronista la rebaja, y recordaron que cuando el Gobierno decidió incrementar el costo fiscal al sector advirtieron que la medida iba a causar un impacto diferente al buscado. «Dijimos que iban a bajar las ventas, y eso fue lo que pasó», aseguraron al explicar las razones de esta marcha atrás. Si bien hasta ahora se conoce sólo la decisión de Massalin, es de esperar que como sucede siempre, en los próximos días también Nobleza Piccardo adopte la misma postura.
En forma paralela a esta decisión, los kioscos de la Capital Federal comenzaron a aplicar una lista de precios propia con aumentos que llevan el valor de los atados hasta los $ 50. Esto se debe a que los dueños de los únicos locales donde se venden los atados aseguran que la mayor presión fiscal les reduce «drásticamente» su nivel de rentabilidad. Explican que, antes percibían un ganancia de 7% por paquete, mientras que ahora ese porcentaje se redujo al 4%. Debido a este escenario, en muchos quioscos se pueden ver listas de precios diferentes a las que figuran en la etiqueta fiscal de los cigarrillos. Si bien se trata de una posible evasión fiscal, en la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), aseguran que es una de las medidas que sus asociados están tomando para poder compensar «en parte» lo que pierden de rentabilidad.
Adrián Palacios, titular de UKRA, aclara que la entidad «no avala estas prácticas», pero critica al Gobierno por no tomar en cuenta las consecuencias «sociales y económicas» que el nuevo promedio tributario causó en sus negocios. «Le enviamos una carta al ministro de Finanzas, Alfonso Prat Gay para que nos reciba y podamos armar una mesa entre todos y ver de qué manera podemos recuperar algo de la rentabilidad perdida», dijo Palacios. Sin embargo, hasta ahora el sector no ha tenido respuesta. Por ese motivo, también enviaron misivas al ministro de Producción, Francisco Cabrera, con el mismo objetivo. «Están en juego muchas fuentes de trabajo», advirtió.
Fuente elonce.com