El sector atraviesa una «sangría», aseguran desde Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), al manifestar que «las pymes no despiden, sino que directamente se funden y cierran sus puertas».
El secretario de Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) y presidente de la Federación Económica de la Ciudad de Buenos Aires (FECIBA), Raúl Zylberzstein, señaló que tanto la Ley anti-despidos como su veto amenazan al 80% del empleo.
Zylberzstein aseguró que el sector atraviesa una «sangría» al manifestar que «las pymes no despiden, sino que directamente se funden y cierran sus puertas».
Además reclamó que el proyecto primario debería estar abocado a las Pymes que son las «dadoras del 80 por ciento del empleo del país y no como una cláusula auxiliar de una legislación elaborada para las grandes corporaciones».
En tanto, sostuvo que parece que el oficialismo y la oposición debaten «un pase de facturas político», que toma de rehenes a los trabajadores y a los pequeños empresarios.
El representante del sector consideró que ni la postura del Gobierno Nacional, ni el proyecto opositor de emergencia ocupacional, que ya tiene media sanción de la Cámara de Senadores y que será tratado la semana próxima en el recinto de diputados, contemplan la problemática de las pequeñas y medianas empresas del país.
Advirtió que, de no mediar acciones concretas y urgentes, ambas llevarán al sector a su quebranto definitivo.
Para el directivo, «el empleo no es homogéneo», entre los que diferenció el estatal, el privado, en las grandes empresas, en las pymes, en el campo, en los importadores, y ante lo ual expresó que «el primer error es tratar de abarcar a todos con una sola norma».
También solicitó que el proyecto que tratará la Cámara Baja debería «apuntar sólo contra los despidos masivos que superen un porcentaje de la nómina general y no casos puntuales».
Además exigió que no se tomen como cesantías los denominados «despidos indirectos», que son aquéllos en donde los trabajadores se consideran despedidos sin que exista una real vocación del empleador para que eso suceda.
A su vez, indicó que «el principal factor que le resta competitividad a las pymes, en especial a las industriales, es la enorme presión tributaria que ejerce el Estado sobre los salarios, inclusive sin contar ganancias, y sobre todos los rubros».
NA.