Fue aplastado por un caballo, tuvo que ser operado de urgencia y resultó con una parálisis de los miembros inferiores. Su abogado argumenta que montó el día del accidente a disgusto y que el campo de jineteada estaba mojado.
Después de pelear el campeonato de jineteadas hasta el final en la edición 2014 del Festival de Jesús María, donde salió tercero, el salteño Cristian Rollari volvió en 2015 con la esperanza de consagrarse, aunque sin saber que le esperaba un destino amargo en la verde grama jesusmariense.
A Rollari le tocó jinetear el 10 de enero a la tardecita, con luz de día, e inexplicablemente su reservado se fue de «hocico», hizo una suerte de vuelta de carnero y le cayó con todo el peso encima.
La ambulancia ingresó con celeridad y trasladó al jinete al Sanatorio Caroya donde se confirmó que había sufrido el desplazamiento de sus dorsales 11 y 12 y que tenía comprometida su médula.
Fue intervenido quirúrgicamente de urgencia, pero al salir notó que tenía los miembros inferiores totalmente paralizados y en ese estado fue trasladado en un avión sanitario a su Salta natal donde iniciaría su rehabilitación. Desde entonces, no ha vuelto a caminar.
Según el diario La Voz del Interior, desde la muerte del jinete misionero Alfredo Spíndola en la edición de 2010, el primero y único en la historia del Festival de Doma y Folklore, la organización tomó apunte de muchos reclamos de los jinetes y fue introduciendo mejoras en su seguridad.
Aunque los jinetes siempre estuvieron asegurados, se incrementó el monto de las indemnizaciones, se mejoraron las pilchas, y se hace firmar a cada jinete un documento en el que se hacen responsables de las consecuencias de esa actividad deportiva considerada de riesgo.
Por eso, la comisión directiva tomó con sorpresa la declaración del abogado Emiliano Ludueña, que asegura representar a Rollari, en la que solicita una indemnización de 3,5 millones de pesos en concepto de daños y perjuicios, según le anticipó al diario El Tribuno de Salta.
Rollari ya cobró $ 325 mil por un seguro que contrató la Agrupación Gauchos de Güemes de Salta y tiene pendiente de cobro un seguro por $ 400 mil del Festival de Doma y Folklore, pero del que resta completar un papeleo. Por eso, es que las declaraciones del abogado generaron la reacción de la fiesta gaucha que respondió a través de un escrito público.
Ludueña aseguró que su cliente montó el día del accidente a disgusto y que el campo de jineteada estaba mojado, según refleja El Tribuno: «Si bien la jineteada es una actividad riesgosa y Cristian firmó una exención de responsabilidad, eso no quiere decir que el Festival no tenga que responder por cualquier tipo de lesión. Ellos no pueden mirar para otro lado».
El Festival, por su parte, negó que Rollari haya expresado su negativa a montar el día del accidente ni que haya sido obligado a jinetear en contra de su voluntad, por ninguna persona integrante de la comisión directiva o vinculada a la organización de la edición 50.
«(la organización) es respetuosa de la voluntad de cada jinete y si en realidad hubiera expresado su negativa a jinetear, se lo habría reemplazado por el jinete suplente que todas las delegaciones tienen o, en su caso, se dejaba sin efecto la monta y se largaba el caballo del palenque», explicó el Festival en el escrito.
La fiesta gaucha también recordó que la firma del acuerdo de asunción de riesgo fue firmado con anterioridad por Rollari a su participación en el Campeonato Nacional de Jineteada, donde expresó que su participación fue totalmente voluntaria y bajo su exclusiva responsabilidad, que asumía todos los riesgos y consecuencias que implicaban, y que eximía de toda responsabilidad al Festival de Doma y Folklore de Jesús María, además de renunciar en forma expresa al reclamo de indemnización alguna por cualquier concepto derivado de su participación.