En cinco días fumigaron dos escuelas

El uso de agroquímicos no está legislado en la provincia y rociaron campos lindantes a instituciones del Departamento Uruguay.

Hay municipalidades y juntas de gobierno que mediante ordenanzas intentaron regular el uso de agroquímicos en el ejido de sus ciudades. Sin embargo, en la provincia, aún no hay una ley que regule la actividad y hubo dos intentos con proyectos que terminaron en la nada. Durante la semana, en solo cinco días, dos escuelas del Departamento Uruguay dieron aviso de que habían sido rociadas con pesticidas y el hecho volvió a desatar una polémica que todavía no encuentra cauce de resolución.

Autoridades de la escuela primaria Nº 85 Victoriano Montes, ubicada en paraje Arroyo Molino de Concepción del Uruguay, denunciaron que el sábado se realizaron fumigaciones en cercanías al establecimiento educativo y en concreto, a menos de 100 metros.

«Fumigaron el campo lindante y avisaron que lo iban a hacer, pero a solo 100 metros de la escuela», confirmó a UNO Jorge Bevacqua, miembro y uno de los impulsores de la campaña Paren de fumigar las escuelas organizada por la Asamblea Ambiental y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) de Concepción del Uruguay.

Contó que el Concejo Deliberante de la ciudad aprobó una ordenanza que impide que se fumigue a 500 metros de una escuela, pero que aún no ha sido promulgada. «Hemos hecho un recorrido para conocer cuál es la situación ambiental y tomamos muestras de agua, del suelo y dejamos dispositivos que van a medir el aire. A los mismos los iremos a recoger en las próximas semanas».

Bevacqua explicó que esta es la época donde más fumigaciones agrarias se dan por el proceso de producción y si alguien revisa hechos de años anteriores, los casos más graves se dieron sobre finales de noviembre y los primeros días de diciembre.

La segunda escuela afectada es la rural Nº 44 de Santa Anita, del Departamento Uruguay y el hecho sucedió el jueves.

«Se produjo cuando los niños entraban a clases. La docente vio que fumigaban el lote de enfrente ?al final no llegó a completarse? y entonces dio aviso a la Policía y a la autoridad municipal que fueron hasta el lugar y detuvieron el procedimiento», contó el ambientalista.

Hace un año atrás ?el 4 de diciembre de 2014?esa misma institución educativa denunció una fumigación aérea y las crónicas de entonces dieron cuenta de la intoxicación de los niños y maestros con náuseas, vómitos y otros síntomas. «En Santa Anita hay una ordenanza en vigencia que establece que a 1.000 metros alrededor de las escuelas no se puede fumigar. Esto que se hizo el jueves en el lugar estaba fuera de la reglamentación», aclaró.

Paren de fumigar las escuelas relevó a 85 instituciones rurales de la provincia. Sostienen que representan solo el 10% del total. Sin embargo, de esa cantidad, el 80% están rodeadas de lotes de agricultura industrial y solo los separa alguna calle o simplemente un alambrado, por lo que sostienen que son fumigadas. «Otro dato es que la deriva de estos productos no se puede controlar: el viento, la temperatura, la humedad, todo hace que se expanda», dijo Bevacqua.

La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud ha cambiado la clasificación del glifosato y del 2.4 D, los herbicidas más consumidos, y los caracterizó como potencialmente cancerígenos.

A pesar de esta situación ya conocida y de que el uso de agroquímicos sin control es criticado por numerosas organizaciones sociales, médicos y especialistas en todo el pais, aún no hay en la provincia una ley que regule la actividad. En el último tiempo hubo dos proyectos que fueron presentados, pero ninguno llegó a buen puerto.

«Están en la nada. Uno de ellos era hasta regresivo, porque establecía menos distancia de la que existe en algunas ordenanzas y nosotros, junto a otras organizaciones, nos opusimos. El segundo proyecto lo impulsó el senador César Melchiori, que mejoró el tema de las distancias y ampliaba al organismo de control: en lugar de ser solo el Ministerio de Producción, sumaba a Ambiente y a Salud», dijo Bevacqua, y remató: «Los productores decían que iba en contra de sus ganancias y se embarró la cancha para que el proyecto no saliera».

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